Salve Reina de misericordia, Señora
del mundo, Reina del cielo, Virgen de las vírgenes, Sancta Sanctorum, luz de
los ciegos, gloria de los justos, perdón de los pecadores, reparación de los
desesperados, fortaleza de los lánguidos, salud del orbe, espejo de toda
pureza.
Haga tu piedad que el mundo conozca y
experimente aquella gracia que Tú hallaste ante el Señor, obteniendo con tus
santos ruegos perdón para los pecadores, medicina para los enfermos, fortaleza
para los pusilánimes, consuelo para los afligidos, auxilio para los que peligran.
Por Ti tengamos acceso fácil a tu
Hijo, oh bendita y llena de gracia, madre de la vida y de nuestra salud, para
que por Ti nos reciba el que por Ti se nos dio.
Excuse ante tus ojos tu pureza las culpas de
nuestra naturaleza corrompida: obténganos tu humildad tan grata a Dios el
perdón de nuestra vanidad. Encubra tu inagotable caridad la muchedumbre de
nuestros pecados: y tu gloriosa fecundidad nos conceda abundancia de
merecimientos.
Oh Señora nuestra, Mediadora
nuestra, y Abogada nuestra: reconcílianos con tu Hijo, recomiéndanos a tu Hijo,
preséntanos a tu Hijo.
Haz, oh Bienaventurada, por la
gracia que hallaste ante el Señor, por las prerrogativas que mereciste y por la
misericordia que engendraste, que Jesucristo tu Hijo y Señor nuestro, bendito
por siempre y sobre todas las cosas, así como por tu medio se dignó hacerse
participante de nuestra debilidad y miserias, así nos haga participantes
también por tu intercesión de su gloria y felicidad.
(San Bernardo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario