Iesu, labantes réspice
et nos videndo corrige;
si respicis labes cadunt
fletuque culpa solvitur.
Pon tus ojos, Señor, en los que caemos
y levántanos con tu mirada;
si Tú nos miras los
pecados caen
y en el llanto la culpa se disuelve
(San Ambrosio)
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