REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

martes, 8 de diciembre de 2015

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN,REINA Y MADRE INMACULADA

CONSAGRACIÓN DE LA FRATERNIDAD A SANTA MARÍA VIRGEN REINA
  Te saludamos, oh María, sin pecado concebida, Madre de Dios, Reina y  Madre nuestra.
  Somos tus hijos, rescatados por la Sangre de Jesús, peregrinos y militantes por los caminos del mundo entre gozos y tristezas, angustias y esperanzas. Desde el trono de la gloria regálanos tu mirada maternal de misericordia y de consuelo.
   En este día, Soberana Madre nuestra, nos consagramos cada uno de nosotros a tu Inmaculado Corazón, consagrándote también, en calidad de hijos esclavos de amor tuyos, la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina con todos sus miembros y colaboradores, sus bienhechores y sus obras. Somos enteramente tuyos, oh Reina y Madre nuestra, y cuanto tenemos tuyo es.
Reina en nuestras almas haciéndonos humildes y sencillos como Tú. Fortalece nuestra fe, aumenta  nuestra esperanza en las promesas de Jesús y aviva en nosotros el fuego del Amor de Dios. Vive Tú en cada uno de nosotros y dígnate servirte de nuestras humildes personas y obras apostólicas para dilatar tu reinado maternal hasta los confines de la tierra.
   Venga tu reinado de amor sobre las familias que las transforme en santuarios de la vida, de la piedad y de la entrega. Líbralas de tantas amenazas de muerte como se ciernen sobre ellas.
   Llegue tu reinado a los corazones de la infancia y de la juventud. ¡Sí, venga a ellos tu reino! Tuyos son y que siempre permanezcan tuyos.
   Reina en la Iglesia de Jesús, tu Iglesia, de la que eres Madre y Maestra y que hoy navega entre tempestades y amenazas de asalto a la Roca. Venga a ella tu reinado de unidad.
   Señora y Reina del mundo protege a los pueblos del monstruo de la guerra que siega las vidas de los inocentes, líbralos del hambre, instaurando tu reino de caridad en las almas. Defiéndelos de la injusticia y la explotación. No dejes al mundo caer en la tentación de despreciar la vida humana.
   Atrae hacia Cristo a todos los pueblos y naciones de la tierra, liberándolos de la esclavitud del pecado y de las tinieblas del error.
  Venga a nosotros tu Reino, oh María, nuevo adviento para la llegada de Cristo, Príncipe de la Paz y Rey de los cielos y de la tierra. Amén.

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