REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

LA GRAN PROMESA DEL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

88 ANIVERSARIO DE LA APARICIÓN DE PONTEVEDRA



En este día, 10 de diciembre de 2013, se cumple el 88 Aniversario de la Aparición del Niño Jesús y del Inmaculado Corazón de María a la Hermana Lucía en la ciudad de Pontevedra.
El núcleo del mensaje es lo que se conoce como la Gran Promesa del Corazón Inmaculado. Se trata de una gracia especialísima que la Santísima Virgen promete conceder a todos aquellos que hagan el acto de reparación a su Corazón Inmaculado durante cinco primeros sábados de mes consecutivos -también puede ser durante cinco primeros domingos de mes consecutivos-.
Desde el punto de vista "visual", conforme al relato escrito por la Hermana Lucía, destaca con fuerza el simbolismo del Corazón rodeado de espinas que la Santísima Virgen sostenía sobre su mano.
Esas espinas que se clavan profundamente en su Corazón Inmaculado, representan las blasfemias e ingratitudes de los hombres que hieren el corazón maternal de María. Estas blasfemias e ingratitudes se concentran, por así decirlo, en cinco aspectos:
1. Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.
2. Blasfemias contra su Virginidad perpetua.
3. Blasfemias contra su Maternidad divina y espiritual -Madre de todos los hombres y especialmente de los Redimidos-
4. Propagación del odio y de la indiferencia en el corazón de los niños contra la Virgen Inmaculada.
5. La profanación de sus sagradas imágenes
Esta es la explicación de los actos de reparación de los Cinco Primeros Sábados de mes.
Una especialísima "carga" espiritual encierran las palabras del Niño Jesús y de la Virgen Inmaculada; palabras que no hemos de considerar dirigidas exclusivamente a la Hermana Lucía, sino dirigidas particularmente a cada uno de nosotros.
El Niño Jesús nos dice: "Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie quien haga un acto de reparación para arrancárselas".
E igualmente de expresivas y fuertes son las palabras de la Inmaculada Virgen: "Mira... mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme".
Consideremos en la presencia de Dios hasta qué punto estas palabras de nuestro Redentor y de Nuestra Madre celestial no deberían ser materia permanente de reflexión y de meditación por nuestra parte.
Ante la ingratitud de los hombres, y aún especialmente de los bautizados, el Señor y la Virgen no sólo piden el consuelo de nuestra reparación, sino que en coherencia con su infinita misericordia y con la inmensidad de su amor nos ofrecen el don más preciado y necesario para nosotros, asistirnos en la hora de la muerte con las gracias necesarias para nuestra salvación.
Estos acontecimientos maravillosos que tuvieron lugar el 10 de diciembre de 1925 en la ciudad gallega de Pontevedra, diócesis de Santiago de Compostela, convierten, sin duda alguna, a la ciudad y a la diócesis como Ciudad del Corazón Inmaculado de María, y Diócesis del Corazón Inmaculado.
TEXTO DE LA GRAN PROMESA:
"Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen los cinco misterios del Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme, les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación".
P. Manuel María de Jesús

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El 13 de Julio de 1917,en su 3ra.aparición en Fátima, la Santísima Virgen María anunció que vendría a pedir la Consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón. Transcribimos a continuación el Cap. VI del Tomo I, de "Toute la Vérité sur Fatima" por Fr. Michel de la Sainte Trinité, tomado de su versión inglesa. (La traducción es nuestra)Si poco conocido es el Mensaje de Fátima, menos lo es este aspecto de las apariciones. Nos permitimos sugerir detallada lectura de este capítulo, y especial difusión. Muchas gracias.


 LA GRAN REVELACION DE TUY: DIOS PIDE LA CONSAGRACION DE RUSIA
(JUEVES, 13 DE JUNIO DE 1929)
Desde 1917, la palabras del Apóstol se aplican más que nunca antes: «...que no es nuestra lucha contra la sangre y la carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aires.» (Ef. 6, 11-12)*. En este combate apocalíptico, Nuestra Señora interviene para confrontar a las fuerzas amenazantes de la Impiedad. En 1929, Dios, en su Misericordia, quiso anunciar al mundo que ya bastaba y sobraba. Había llegado la hora de librar a la «pobre Rusia» de la «posesión diabólica» que la había vencido, para salvarla y convertirla. Por medio de esta conversión Dios hubiera detenido la conflagración siniestra, que de otro modo, poco a poco, estaba asolando todas las naciones... Así, la intervención de Dios, con vistas a terminar tal tragedia, asume importancia enorme. En realidad, la revelación de Tuy corona el ciclo de las apariciones de Fátima con una teofanía espectacular, de la cual no puede encontrarse ejemplo comparable en toda la historia de la Iglesia desde la aparición que tiró a Saulo en tierra en el camino de Damasco, para hacerlo el Apóstol de las naciones.
En el curso de nuestro relato, nosotros hemos dejado a nuestra vidente como una joven postulante en su convento de Pontevedra. Después de las apariciones del 10 de diciembre de 1925, y del 15 de febrero de 1926, referidas a la devoción de reparación de los cinco sábados de mes (1), Lucía dejó Pontevedra el 16 de julio de 1926 para entrar al noviciado de la Hermanas Doroteas establecido en Tuy, una ciudad cercana en la Galicia española, en la frontera hispano-portuguesa. Después de la recepción del hábito el 2 de octubre de 1926, ella pronunció sus primeros votos el 3 de octubre de 1928.
En 1928, la humilde Maria das Dores proseguía su vida oculta en Tuy, -tan bien oculta que la mayoría de sus compañeras todavía ignoraba que ella era la vidente de Fátima- poniendo en práctica el mensaje de Nuestra Señora y viviendo Su regla de perfección, entregándose íntegramente a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Una carta que escribió a una de sus hermanas en religión, un mes antes de la revelación del 13 de junio, atestigua de esta paz y de este fervor. (2)
El momento había llegado. La mensajera estaba lista. Fue entonces que la promesa del Gran Secreto fue cumplida: «Yo vendré a pedir la consagración de Rusia...» (3)

I. LA APARICION Y EL MENSAJEDE TUY
(JUEVES 13 DE JUNIO DE 1929)
La misma Sor Lucía dejó una descripción del hecho, y así, nosotros citamos su relato en detalle, agregando solamente unos pocos subtítulos: (4)
«Rusia 1929. Nuestro Señor pide la consagración.»
«El Reverendo Padre Gonçalves a menudo venía a escuchar confesiones. Yo hice mi confesión con él, y como me sentí a gusto, continué haciéndolo durante los tres años que permaneció allí como superior.» (5)
EL PEDIDO DE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA
«En ese tiempo, Nuestro Señor me anunció que el momento había llegado, cuando El quiso que hiciera conocer a la Santa Iglesia Su deseo de la consagración de Rusia y Su promesa de convertirla...» La comunicación tuvo lugar en esta forma:
LA HORA SANTA DE ADORACIÓN Y REPARACIÓN
«(13-6-29). Yo había pedido y obtenido permiso de mis superiores y de mi confesor para hacer la Hora Santa desde las 23:00 hs hasta la medianoche de jueves a viernes.»
«Estando sola una noche, me arrodillé ante el comulgatorio, en medio de la capilla, para decir las oraciones del Angel, permaneciendo postrada. Sintiéndome cansada, me levanté y me arrodillé, y continué diciéndolas con los brazos en forma de Cruz. La única luz venía de la lámpara del santuario.»
UNA TEOFANÍA TRINITARIA ESPECTACULAR
«Repentinamente, una luz sobrenatural iluminó toda la capilla y sobre el altar apareció una cruz de luz que alcanzaba hasta el techo.»
«En una zona brillante pudo verse, sobre la parte más alta de la Cruz, el rostro de un hombre y su cuerpo hasta la cintura; sobre Su pecho había una paloma, igualmente luminosa.»
“Y clavado a la cruz, el cuerpo de otro hombre.
“Un poco abajo de la cintura, suspendido en el aire, se veía un Cáliz y una Hostia grande, dentro del cual cayeron algunas gotas de Sangre desde el rostro del Crucificado y de la herida en Su pecho. Estas gotas rodaron por la Hostia y cayeron dentro del Cáliz.
“Bajo el brazo derecho de la Cruz estaba Nuestra Señora con Su Inmaculado Corazón en Su mano... (Era Nuestra Señora de Fátima con Su Inmaculado Corazón... en Su mano derecha... sin una espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas...)
“Bajo el brazo izquierdo (de la Cruz), unas grandes letras, como si fueran agua clara cristalina corriendo sobre el Altar, formando estas palabras: "Gracia y Misericordia".
“Yo comprendí que era el misterio de la Santísima Trinidad que se me mostraba, y recibí luces sobre este misterio, de las cuales no me es permitido revelar.”
EL PEDIDO DE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA
“Luego Nuestra Señora me dijo: "El momento ha llegado en que Dios pide al Santo Padre, que haga, en unión con todos los Obispos del mundo, la consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio.”
“Tan numerosas son las almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra Mi, que Yo vengo a pedir reparación. Sacrifícate tu misma por esta intención y reza.”
“Yo di un relato de esto a mi confesor, quien me ordenó que escribiera lo que Nuestro Señor quiso que se hiciera.”
DESPUÉS, NUESTRO SEÑOR SE QUEJA
«Después, por medio de una comunicación interior, Nuestro Señor me dijo, quejándose: "¡Ellos no quieren atender a Mi pedido!... Como el Rey de Francia ellos se arrepentirán y lo harán, pero será tarde. Rusia ya habrá propagado sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia: el Santo Padre tendrá mucho que sufrir."»
EL PEDIDO MÁS PRECISO. Señalemos enseguida, que en 1930, en dos cartas al Padre Gonçalves, Sor Lucía iba a expresar en una forma apenas diferente los pedidos del Cielo, asociando estrechamente la devoción de reparación de los cinco primeros sábados de mes con la consagración de Rusia: «El Buen Dios promete terminar la persecución en Rusia, si el Santo Padre quiere él mismo hacer un acto solemne de reparación y consagración de Rusia a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, igual que ordenar a todos los Obispos del Mundo Católico hacer lo mismo. El Santo Padre debe luego prometer que sobre el final de esta persecución él aprobará y recomendará la práctica de la devoción reparadora ya descripta.» (6)
UNA PROMESA AÚN VIGENTE
¡Que promesa maravillosa, incomparable! que no ha sido abolida por las demoras interminables de nuestros Pastores en responder los pedidos del Cielo. Pues en Su Secreto, Nuestra Señora es categórica: «Al fin Mi Corazón Inmaculado triunfará, el Santo Padre Me consagrará Rusia, la que será convertida, y un período de paz será dado al mundo.» Así, este mensaje continúa siendo tan relevante para nuestros días. Nosotros podemos estar seguros que la gran visión que la acompañó será conocida en todo el mundo. En todas partes, este santo icono será difundido como un recuerdo del gran milagro de conversión y paz otorgado a Rusia y al mundo, por la mediación del Inmaculado Corazón de María. Nosotros debemos, por lo tanto, amar esta visión extraordinaria, meditar sobre ella, y tratar de ser mejores entendiendo todas las riquezas comprendidas en ella, pues resume todo el mensaje de Fátima.

II. UNA TEOFANIA TRINITARIA ESPECTACULAR LA VISION Y EL MENSAJE
En Tuy, tal como fue el caso en la visión de Saulo en el camino de Damasco, y en las apariciones del Ángel y de Nuestra Señora de Fátima, la aparición está compuesta íntegramente de luz: «Repentinamente toda la capilla fue iluminada por una luz sobrenatural.» «Dios es luz», y Sor Lucía indudablemente se hubiera contentado con estas simples palabras, de no haber estado su visión acompañada por un mensaje a transmitir, un mensaje relativo estrechamente al Misterio Divino que le había sido dado contemplar. Pues como veremos más tarde, la visión del misterio no fue solamente yuxtapuesta con el pedido de Nuestra Señora y Su promesa de la conversión de Rusia: la visión explica el sentido de la promesa, manifiesta su importancia extraordinaria, y garantiza anticipadamente su extraordinario cumplimiento.
¿UNA VISIÓN INDESCRIPTIBLE?
Al fin de su relato, Sor Lucía dice con solemnidad deliberada: «Yo comprendí que este era el misterio de la Santísima Trinidad que me era mostrado, y recibí luces sobre este misterio, y de las cuales no me es permitido revelar.» Así, Sor Lucía repite las mismas palabras una vez usadas por San Pablo: «...vendré a las visiones y revelaciones (p.466) del Señor. Se de un hombre en Cristo que hace catorce años -si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, tampoco lo sé, Dios lo sabe- fue arrebatado hasta el tercer cielo; y se que este hombre -si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo se, Dios lo sabe- fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el hombre no puede decir.» (II Cor. 12, 2-4). Así, nosotros hemos sido informados: la Teofanía Trinitaria del 13 de Junio de 1929, fue una gracia mística inenarrable para Lucía, y una visión tan sublime, que, por supuesto, es inaccesible para nosotros. Sin embargo, la vidente quiso contarnos algo de ella. Esta descripción es, entonces, para nuestro provecho espiritual...
Pero reconozcamos de inmediato que en la primera lectura uno es golpeado por la naturaleza simple, seca, casi torpe del relato que es decepcionante para nosotros. Claramente, la vidente no ha hecho ningún esfuerzo para pintar para nosotros la aparición en forma atractiva. Esta ausencia de cualquier calificativo, la falta de cualquier expresión de sentimiento devoto, puede ser sorprendente para algunos. Las tres Personas Divinas no son siquiera nombradas. Sor Lucía se contenta diciendo: «El rostro de un hombre..., una paloma..., otro hombre». ¡Y eso es todo!
Esta "frialdad" sorprendente seguramente es intencional. ¿No es la mejor manera de hacernos ver, si no el misterio, al menos su carácter inefable y trascendente? ¿Otra descripción con más detalle y color, no la hubiera disminuido y reducido ante nuestra comprensión humana?
Este es especialmente el caso, porque la riqueza de la visión es de un orden totalmente diferente del sensible, el cual ha sido reducido voluntariamente a un mínimo. La imagen está allí solamente para evocar, para recordar a nuestra memoria las palabras divinas que la acompañan, y darnos la clave de este icono incomparable: son todas las palabras tomadas juntas, las que constituyen todo el mensaje de Fátima, el eco fiel de la Revelación única e íntegra de Nuestro Señor Jesucristo, expresado por la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia. Así, nosotros no estamos impedidos de hacer el inventario de la sabrosa riqueza contenida dentro...
EL SANTO ICONO DE LA TRINIDAD REDENTORA
Muchos santos recibieron de Dios revelaciones sublimes sobre el misterio de la Santísima Trinidad. A algunos de ellos, les fue dado contemplar el misterio ad intra, como dicen los teólogos, o en otras palabras, comprender en alguna forma las inefables procesiones que constituyen eternamente las Tres Personas en su distinción en el seno del Padre, Filius semper nascens (7), y el Espíritu Santo procediendo del Uno y del Otro como desde un solo Principio, y por una única Espiración, Tamquam ab uno principio et unica spiratione. (8)
La visión de Tuy, al contrario, es íntegramente "económica": en otras palabras, es la Santísima Trinidad ad extra, íntegramente empeñada en su obra de salvación. Aunque el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (este último bajo la figura de una paloma luminosa igual en brillo al Padre), están representados en su perfecta distinción, esta visión no es estática. En su lugar, el misterio se nos aparece en su doble movimiento de "procesión", de "descenso", y luego de "conversión", "ascendiendo", siguiendo el gran tema teológico de éxito y rédito.
Pues la visión está acompañada por un mensaje que nos revela algo del secreto indecible: «Gracia y Misericordia» está escrito bajo el brazo de la Cruz en letras de agua cristalina cayendo hacia abajo. Y las palabras de Nuestra Señora durante la aparición están todas resumidas en las tres palabras que nos recuerdan los temas más importantes de Su mensaje: "consagración, reparación, conversión".
¿No tenemos aquí una clave maravillosa que nos permite ver algo de la riqueza inagotable del Misterio Divino que es revelado en el doble movimiento de amor por el cual es resuelta nuestra salvación?
1. Éxito: el misterio de "Gracia y Misericordia".
2. Rédito: el misterio de la conversión de las almas, de Rusia y de las naciones, por las prácticas de reparación y consagración al Inmaculado Corazón de María pedidas por Nuestra Señora.
Señalemos ya el primer gesto delicado del Cielo hacia la «pobre Rusia» a la que quiere salvar: Dios ha elegido revelar su gran designio de misericordia por una teofanía trinitaria. Para un verdadero hijo de la Santa Rusia, este hecho no puede pasar desapercibido: «Rusia (escribe Volkoff) tiene un corazón místico cuyo nombre verdadero es el monasterio de la Santísima Trinidad de San Sergio». Fundado en 1344 no lejos de Moscú por un santo anacoreta, Sergio de Radonezh, los alrededores del monasterio de la Santísima Trinidad se desarrollaron tanto, que se convirtieron en una pequeña ciudad, <<una ciudad santa y el corazón de la Iglesia Rusa, la cual dio vida a 254 monasterios durante los dos siglos siguientes.» (9)



III. «GRACIA Y MISERICORDIA» «EL TRONO DE GRACIA Y MISERICORDIA»
(Heb. 4, 16)
"¡SALVE, OH CRUZ, NUESTRA UNICA ESPERANZA!" En la visión de Tuy, la Cruz ocupa todo el espacio y es inmensa: «sobre el altar apareció una cruz de luz que alcanzaba hasta el techo».
Y sobre esta Cruz, aunque El solo está clavado, porque solamente El es la Persona Divina Encarnada, Jesús crucificado no está solo. Sobre El, en la parte más alta de la Cruz está el Padre, quien lo sostiene. En el seno del Padre y suspendida sobre el hijo está la paloma, representando el Espíritu Santo. Esta Santa Cruz, que la Iglesia nos hace "adorar" vehementemente, aparece aquí en toda su gloria, centellante de luz, como si fuera un trono para la Santísima Trinidad. ¿No es esto, en efecto, reminiscente de este «Trono de Dios y del Cordero» nombrado en el Apocalipsis? Tal como en la visión de San Juan, en Tuy el Cordero estaba «en medio del Trono». (Apoc. 7, 17)
Esta es la primera maravilla, el primer "sermón" elocuente de la Santa Cruz, la que hoy está desdeñada y menospreciada por los mismos cristianos. Esta Cruz, que es el Trono de Dios, es también la fuente de nuestra salvación.
"OH SANTISIMA TRINIDAD, TU, FUENTE DE SALVACION." «¡Salve, Oh Cruz, nuestra única esperanza!... ¡Oh Tu, Santísima Trinidad, fuente de nuestra salvación!» Estas son la palabras triunfales del himno Vexilla Regis, cantado durante el tiempo de Pascua.
En Tuy, «bajo el brazo izquierdo de la Cruz, unas largas letras como si fueran de agua cristalina cayendo sobre el altar, formaron estas palabras: "Gracia y Misericordia".» ¿No es esta Agua de Vida, esta Agua de Gracia que fluye desde el Trono de la Cruz, la que nos recuerda expresamente la gran visión del Apocalipsis? «Luego el Angel me mostró un río de agua de vida, clara como cristal procedente del Trono de Dios y del Cordero.» (Apoc. 22, 1). Y otra vez: «Pues el Cordero, que está en medio del trono, los apacentará y los guiará a las fuentes de aguas de vida.» (Apoc. 7, 17).
Este es el primer misterio revelado a nosotros por esta agua que brota del Trono de Dios: el misterio del don de Gracia y Misericordia de la Santísima Trinidad íntegra, Padre, Hijo y Espíritu Santo, la que decide, realiza y completa nuestra salvación por medio de la Cruz Redentora de Cristo. Nosotros estamos lejos de la teología estúpida y rebelde de un Lutero, un Calvino o un Jansenio, imaginando al Padre Celestial como enfadado con Su propio Hijo, y transfiriéndole la cólera merecida por nuestros pecados. La visión de Tuy evoca en cambio el himno de acción de gracias que repite incesantemente la liturgia de la Fiesta de la Santísima Trinidad: Benedicta sit Sancta Trinitas atque indivisa Unitas! Confitebimur ei quia fecit nobiscum Misericordiam suam!>> En forma similar, la visión de Tuy une los tres misterios de la Trinidad, la Redención y la Gracia. Si, ¡bendito sea Dios en Su Santísima Trinidad e indivisible Unidad! Alabémoslo, porque El nos ha hecho partícipes de Su Amor misericordioso!


EN LAS FUENTES DE MISERICORDIA: «EL AMOR DE DIOS PADRE» (II Cor. 13, 13)
En la cima de la Cruz, como la Fuente primera de todo ser, de toda vida, y de toda caridad, por encima del Hijo crucificado que procede de El, está el Santísimo Padre, bajo la apariencia de «el rostro de un hombre». ¿Pues en que otra forma El podría aparecer? ¿No es esta apariencia de hombre la que mejor nos revela Su Paternidad? «El que Me ve, ve al Padre», (Jn. 14, 9) nos dice Jesús, y El es «la Imagen del Dios invisible», (Col. 1, 15) «el esplendor de Su gloria y la figura de Su substancia». (Heb. 1, 3).
En la visión de Tuy, el Padre aparece como la fuente inicial de «Gracia y Misericordia». El es el Padre del Hijo pródigo, «el Padre de misericordias», (II Cor. 1, 3) siempre pronto a mostrar bondad. Gracia y Misericordia, estas son las disposiciones del Padre hacia Rusia, la Rusia de la víctimas como también la de los perseguidores. Sor Lucía va a transmitir este mensaje a su confesor: Dios está «dispuesto a tener misericordia de la pobre Rusia», «Dios desea enormemente salvarla.» (10)
Si, ¿no permitirá Dios este desencadenamiento del mal para hacer de esta nación, como El hizo con Saulo el persecutor, «que devastó la Iglesia», «un vaso de misericordia?» (Hechos 8, 3). En cualquier caso, es remarcable que cuando San Pablo recuerda el hecho de su conversión y la aparición en el camino de Damasco, son precisamente estas dos palabras, "gracia y misericordia", las que se encuentran juntas bajo su pluma:
«Gracias doy a Nuestro Señor Cristo Jesús que me fortaleció, de haberme juzgado fiel al confiarme el ministerio;
«A mi, que primero fui blasfemo y perseguidor violento, más fui recibido a misericordia porque lo hacía por ignorancia en mi incredulidad;
«Y sobreabundó la gracia de Nuestro Señor con la fe y la caridad de Cristo Jesús.
«Cierto es, y digno de ser por todos recibido, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
«Mas por esto conseguí la misericordia, para que en mi primeramente mostrase Jesucristo toda su longanimidad y sirviera de ejemplo a los que habían de creer en El para la vida eterna.» (I Tim. 1, 12-16).*
En Tuy, Dios prometió, en una teofanía extraordinaria, «convertir» a Rusia, para «salvarla», este es «un aserto auténtico y digno de toda aceptación», pues su misericordia es todopoderosa.
«LA GRACIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO»
Esta gracia de salvación otorgada por el Padre es completamente gratuita. Su Hijo amado, -para manifestarlo a nosotros en verdad, en tal forma como para hacernos ver la gravedad del pecado y la inmensidad del perdón, y así poder conmover nuestros corazones- el mismo Hijo amado quiso merecerla, pagando sobre la Cruz todo el precio en Su dolor y en Su sangre.
En la visión de Tuy, nosotros encontramos una vez más la imagen del "Dios de compasión" tan querida a nuestros pintores y escultores de la Edad Media, tan rica en una teología vigorosa, profunda en sentido. Esta es la imagen de este «más gentil y más misericordioso Padre Celestial, sosteniendo en Sus santas y venerables manos el cuerpo lastimoso, sufriente de Su Hijo, crucificado por nosotros por la remisión de nuestros pecados.» (11)

EL CUERPO QUEBRADO DEL SALVADOR, SU SANGRE DERRAMADA. «Que nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado.» (I Cor. 2, 2)*. Frente a la demasiado fácil theologia gloriae (teología de gloria) predicada por nuestros teólogos modernos, quienes "vacían la Cruz de Cristo", está esta theologia crucis (teología de la Cruz) predicada por San Pablo, que la visión de Tuy nos impone. En esta teofanía trinitaria, el único Hijo, el Verbo de Dios, Rey de reyes y Señor de señores es Jesús, y Jesús clavado en la Cruz, donde Su Corazón está atravesado y Su Rostro ensangrentado por las heridas de Su Corona de espinas.
El misterio que El nos da para contemplar es Su Sangre derramada para nuestra redención, y la que El nos ofrece como bebida Eucarística:
«Suspendido en el aire se veía un Cáliz y una Hostia grande en la que caían gotas de Sangre del rostro del Crucificado y de una herida en Su pecho. Estas gotas rodaban sobre la Hostia y caían dentro del Cáliz»
Ya en el Cabeço, en el otoño de 1916, los niños habían visto la misma visión: «El estaba sosteniendo un Cáliz en Su mano izquierda, con la Hostia suspendida sobre éste, de la cual caían algunas gotas de sangre dentro del Cáliz.» (12) En Tuy, la Sangre de Jesús, con sus apariencias propias, ya no fluye de Su Cuerpo Eucarístico, la santa Hostia, sino que se derrama de la herida en Su Corazón y de las heridas en Su Faz ultrajada.
Este realismo sorprendente de la Sangre derramada y cayendo dentro del Cáliz es realmente la respuesta a la herejía moderna, protestante, que pretende disociar la Eucaristía del Sacrificio de la Cruz, para conectarla solamente con la cena del Jueves Santo o solo con la gloriosa vida del Cristo ascendido, sentado en el Cielo a la diestra del Padre. La visión de Tuy, por otra parte, nos introduce en el corazón del misterio: la sangre del Cáliz es la Sangre de Su Cuerpo. Es la misma Sangre redentora en la Misa como en el Sacrificio de la Cruz: en esta última fue derramada con dolor, mientras hoy, en la Misa, es ofrecida a nosotros como bebida saludable. Es el mismo Cuerpo quebrado que nos es propuesto para nuestra comida, pues la Santa Hostia es como una prolongación, una «verdadera, real y substancial» extensión de la Víctima del Calvario.
EL ICONO DEL SACRIFICIO DE LA MISA. Observemos finalmente, pues este hecho seguramente es profundamente significativo, que esta teofanía Trinitaria espectacular tuvo lugar en el Santuario, sobre el Altar y el Tabernáculo, donde estaba la Presencia Real. Si toda la visión es Trinitaria, es también completamente eucarística. Representa ante nuestros ojos la realidad del misterio que tiene lugar en cada una de nuestras Misas, donde para nuestro bien, cada día, es renovada la Encarnación Redentora.
En este misterio de la Misa, la Santísima Trinidad íntegra nos manifiesta el secreto de Su Misericordia, que nos dispensa las riquezas de Su Gracia, en la Comunión del Cuerpo y la Sangre del Salvador. «Caritas Pater est, Gratia Filius, Communicatio Spiritus Sanctus, o beata Trinitas», cantamos en una antífona de la liturgia, haciéndonos eco de la hermosa fórmula de San Pablo. (13)

«EL ESPIRITU DE GRACIA» (Heb. 10, 29)
En la visión de Tuy, como en la iconografía de la Edad Media, uno puede ver «sobre el pecho del Padre una paloma igualmente luminosa». Esta representación del Espíritu Santo puede sorprendernos. El simbolismo parece muy pobre y significa muy poco para nuestra mentalidad. Además, plantea el riesgo de causar un problema a los teólogos: ¿no está revertido el orden de las procesiones trinitarias? La paloma, que representa el Espíritu Santo, y descansa en el seno del Padre, no parece proceder del Hijo. ¿No corresponde esta imagen más a la teología oriental Ortodoxa, que sostiene que el Espíritu Santo procede solamente del Padre, más que al dogma Católico que afirma claramente que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo?
Sin embargo, aún antes que nosotros busquemos posibles respuestas especulativas a la cuestión -y si la visión de Tuy puede sugerir una reconciliación entre las dos tradiciones, ¿en que verdad se contienen?- podemos tranquilizarnos rápidamente. La aparición de Tuy seguramente no nos refiere volver a la iconografía medieval sino muy simplemente... ¡a las grandes teofanías trinitarias del Evangelio! Y como veremos, las teofanías descriptas en el Evangelio, con precisión asombrosa, arrojan una gran luz sobre el mensaje esencial de Tuy: el pedido de la consagración de Rusia y la promesa de su conversión. No, esta paloma que representa al Espíritu Santo no está siendo despreciada como una suerte de elemento accesorio puesto allí solamente para completar artificialmente el simbolismo trinitario. Como veremos, esto también es rico en sentido.
En primer lugar, nos recuerda la Teofanía Trinitaria del bautismo de Nuestro Salvador. «Y cuando Jesús había sido bautizado, inmediatamente salió de las aguas. Y vio que los cielos fueron abiertos para El, y vio el Espíritu de Dios descender como paloma, y venir sobre El. Y se escuchó una voz de los cielos que dijo, "Este es Mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias."» (Mt. 3, 16)*. Mas tarde, Juan el Bautista dio testimonio: «Yo he visto al Espíritu descender del cielo como paloma y posarse sobre El... Y yo vi y doy testimonio de que este es el Hijo de Dios.» (Jn. 1, 32)*. San Pedro dijo también: «Esto es, como a Jesús de Nazaret le ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder...» (Hechos 10, 38)*
Pero en la visión de Tuy, la paloma representa el Espíritu Santo que desciende y permanece sobre Jesús crucificado. Aun esta no es una nueva representación; solamente manifiesta y hace más explícita la lección del Evangelio.


EL SIERVO SUFRIENTE, SALVACIÓN DE LAS NACIONES. Los exegetas han mostrado como el bautismo de Nuestro Señor ya prefigura Su dolorosa Pasión. El simbolismo está creado por el descenso en las aguas del Jordán, pero especialmente por la voz de los Cielos designando explícitamente a Jesús como el Mesías-Salvador, el "Siervo Sufriente" del libro de Isaías. Las mismas palabras, fueron escuchadas otra vez durante la Transfiguración, «este es Mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias; escúchenlo a El», del mismo modo colocan esta segunda teofanía trinitaria en estrecha relación con la pasión de Jesús. Ademas, San Lucas agrega el detalle que Moisés y Elías, quienes estuvieron hablando con Jesús, «hablaban de Su muerte que había de cumplirse en Jerusalem.» (Lc. 9, 31; Mt. 17, 5)*. Así, en Su bautismo, igual que en Su Transfiguración, Jesús aparece como el único designado por Su Padre como el Hijo amado, el Mesías sufriente de Isaías sobre quien descansa Su Espíritu.
Así, la visión de Tuy va aún más allá de las teofanías del Evangelio, y nos refiere otra vez a las profecías de Isaías sobre el Siervo sufriente sobre quien descansa el Espíritu Santo. Esto es aún más claro si nosotros consideramos que después de la evocación de los sufrimientos del Mesías, la profecía canta de todos sus frutos de gracia: la conversión y la salvación de las naciones: «Ofreciendo su vida en sacrificio por el pecado, tendrá posteridad y vivirá largos días, y en sus manos prosperará la obra de Yavé. Librada su alma de los tormentos verá, y lo que verá colmará sus deseos. El Justo, Mi Siervo, justificará a muchos.» (Isaías 53, 10)*.
Y aquí están aquellas palabras que nosotros haremos bien en releer, teniendo ante nuestros ojos la imagen de la visión de Tuy y su mensaje para la conversión de Rusia. Aquí están las palabras proféticas, tales como San Mateo las aplica a Jesús:
«He aquí a mi siervo, a quien elegí;
Mi amado, en quien mi alma se complace.
Haré descansar Mi Espíritu sobre El
y anunciará el derecho de las gentes.
No disputará ni gritará,
nadie oirá su voz en las plazas.
La caña cascada no la quebrará,
y no apagará la mecha humeante
hasta hacer triunfar el derecho,
y en Su Nombre pondrán las naciones su esperanza.» (Mt. 12, 18-21)*
«La caña cascada y la mecha humeante» una vez se refirieron al imperio de Egipto, que amenazaba a Israel. ¿No nos recuerdan hoy estas palabras a esta pobre nación, Rusia, una nación cismática que persigue a la Iglesia, pero es aún cristiana? Pues Dios no quiere abandonarla a la perdición, pero para hacerla, al contrario, "un vaso de misericordia" levantándola otra vez y encendiendo su llama una vez más en la familia (p.478) de la Unidad Romana, por el triunfo universal del Inmaculado Corazón de María.
¿Y que podemos decir sobre esta otra profecía de Isaías que evoca el Mesías sufriente que se ha convertido en Rey de las Naciones, pero un rey bondadoso, humilde de corazón, que muestra favor al pobre y misericordia al culpable? Estas palabras que Jesús aplicó a Si mismo en la sinagoga de Nazaret podemos aplicarlas a El, y como nosotros lo vemos clavado en la Cruz como en la teofanía de Tuy, aún podemos escucharlo pronunciarlas hoy:
«El Espíritu del Señor está sobre mi,
porque me ungió
para evangelizar a los pobres, me envió
a predicar a los cautivos la libertad,
a los ciegos la recuperación de la vista;
para poner en libertad a los oprimidos,
para anunciar un año de gracia del Señor,
y el día de la recompensa...
Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» (Lc. 4, 18-21; Is. 61, 1-2)*.
¡Si, por la misericordia del Padre, quiera la Gracia de Jesucristo, Redentor y Rey, descender pronto sobre esta pobre Rusia y sobre su "Archipiélago Gulag"; quiera su gracia convertir a sus ciegos persecutores, quiera libertar a los cautivos y a todos los oprimidos, quiera traer de vuelta bajo la guía del único Pastor a los millones de pobres, aún descarriados por el cisma!
LA GRACIA CAPITAL DEL HIJO DE DIOS, EL SALVADOR. La paloma representando el Espíritu Santo, descansando sobre Jesús clavado en la Cruz, tiene, indudablemente, otro significado. ¿No evoca todo el misterio de la gracia de Cristo, nuestra Cabeza? <<Gracia y Misericordia>>: el Padre colma a Su Hijo crucificado con la plenitud de la Gracia, la plenitud del Espíritu Santo. Este tesoro infinito El lo recibe por Su Filiación Divina, pero también lo merece por su sacrificio redentor. El derramará este torrente de gracias sobre todas las naciones por la efusión del Espíritu Santo. Es un Misterio adorable: esta Plenitud divina que se derrama de la fructífera Trinidad, y es comunicada en ola tras ola... aun a las almas de los paganos, o a los rebeldes y a los persecutores, para transformarlos y convertirlos, y guiarlos luego por medio de la Iglesia y la intercesión de la Virgen Inmaculada, al Sagrado Corazón del Hijo, en el seno del Padre.
Citemos solamente unos pocos textos, mencionando esta plenitud o abundancia, que harán recordar muchos otros. Ante todo, San Juan en el prólogo a su Evangelio: «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad... Pues de Su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia.» (Jn 1, 14 y 16)*. «Porque aquel a quien Dios ha enviado habla palabras de Dios, pues Dios no le dio el espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto en Su mano todas las cosas.» (Jn. 3, 34-35)*. Y San Pablo dice: «Pues si por la transgresión de uno solo mueren muchos, mucho más la gracia de Dios y el don gratuito consistente en la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se difundirá copiosamente sobre muchos. Pero donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.» (Rom. 5, 15 y 20)*. «El es la cabeza de Su Cuerpo, la Iglesia... Y plugo al Padre que en El habitase toda la plenitud y por El reconciliar consigo, pacificando por la Sangre de su Cruz todas las cosas, así las de la tierra como las del cielo.» (Col. 1, 18-20)*. «Pues en Cristo habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente... y estáis llenos de El.» (Col. 2, 9).


EL MISTERIO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA
«En el lado derecho de la Cruz estaba Nuestra Señora, con Su Inmaculado Corazón en la mano...»
«Estaban junto a la Cruz de Jesús su Madre...» nos dice San Juan (Jn. 19, 25). Que es donde Ella aparece en la teofanía de Tuy, <<bajo el brazo derecho de la Cruz>>. Pues la Santísima Virgen María es la primera en recibir en Si esta plenitud de gracia que mana de la Cruz, del Corazón traspasado de su Hijo muy amado. Ella recibió de esta plenitud más que ninguna otra criatura. Allí, bajo la Cruz de Jesús donde Ella está de pie, la riqueza de su misterio inefable brilla más desde entonces. Es el misterio de un Corazón incomparable, pues pertenece a la Inmaculada Concepción, es el Corazón traspasado de Nuestra Señora de los Dolores, Esposa del Divino Crucificado, Co-Redentora y <<Reparadora de la humanidad caída>>, (14) el Corazón de la Madre de Dios y Madre de los hombres, Mediadora de Gracia y Dispensadora Universal de Misericordia para toda la humanidad redimida en el Calvario. Si, la liturgia está mil veces en lo cierto al cantar en honor de María, la invitación insistente del Apóstol a acercarse sin temor al trono de la Cruz: <<Adeamus cum fiducia ad thronum Gratiae, ut Misericoridam consequamur et Gratiam inveniamus in auxilio opportuno.>> (15) Si, <<acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, a fin de recibir misericordia y hallar gracia para el oportuno auxilio.>> (Heb. 4, 16)*.
EL MISTERIO DE UN CORAZÓN INCOMPARABLE. Fátima es la revelación del Corazón de la Santísima Virgen María. Siempre, en todo lugar, se habla de este Santísimo Corazón. ¿Por qué esta insistencia, si no para inducirnos a contemplar a Nuestra Señora en cada uno de Sus misterios, bajo este símbolo del corazón? Pues es tan expresivo no solamente de sentimientos, sino de la persona misma, en toda la porción espiritual. La Santísima Virgen María es una criatura tan pura, tan sublime, que aunque Ella realmente participa en nuestra naturaleza, es Su "Corazón" el que resume y expresa más exactamente todo Su ser. Esto significa que Ella es, ante todo, un alma completamente llena del Espíritu Santo, una inteligencia brillantemente reluciente llena de Sabiduría impenetrable, una soberana voluntad infatigable trabajando sin cesar para que el amor inflame todo el mundo. Consideremos este Corazón admirable, para repetir la expresión de San Juan Eudes, listo para recibir la plenitud de Gracia con que Dios quiere colmarlo.
EL MISTERIO DEL CORAZÓN INMACULADO. En Tuy, la Santísima Virgen aparece sola al pie de la Cruz. Ni las santas mujeres ni San Juan aparecen allí. Esto muestra que Nuestra Señora tiene un lugar único, incomparable en el plan de la Salvación. Ella es la Electa, la mujer elegida entre todas las otras, la Hija amada y única del Padre Celestial, predestinada desde toda la eternidad para convertirse en siempre Madre Virgen, la todo-santa Esposa y Compañera del Hijo de Dios hecho hombre, la nueva Eva de este celestial Adán: <<Yo salí de la boca del Altísimo, y como nube cubrí toda la tierra, <yo habité en las alturas y mi trono fue columna de nube.>> (Eclesiástico 24, 3)*
La escena del Calvario nos revela el misterio de la Inmaculada en su misma fuente. Bajo el brazo derecho de la Cruz, mojada con la Sangre divina, la Santísima Virgen María es el fruto primero e incomparable del sacrificio redentor, al cual Ella debe el privilegio singular de Su Inmaculada Concepción. Redimida de antemano por Su Hijo en forma muy especial, <<sublimiori modo redempta>> (16), Ella ha sido preservada de la solidaridad pecaminosa y de la mancha de los hijos de Adán. Como la Iglesia, que Ella tipifica, uno puede decir verdaderamente que Ella nació del costado de Cristo traspasado por la lanza durante Su sueño de muerte, tal como la primera Eva fue sacada por el Padre Celestial de la costilla de Adán, cuando dormía en el jardín del Edén.
Este es el primer misterio inefable, que llenó de asombro a San Maximiliano Kolbe. Predestinada desde antes de todas las edades, Ella es la "Inmaculada Concepción" del Padre y del Hijo. Desde el primer instante de Su creación, Ellos la llenaron con la plenitud de Sus Espíritus de amor, de los cuales Ella es la Imagen creada, el Templo y Santuario viviente. Ave Maria, gratia plena!
Fluyendo de bajo el brazo derecho de la Cruz está el agua cristalina formando las letras de las palabras <<Gracia y Misericordia>>. ¿Esto no expresa igualmente, después del misterio de gracia de la preeminencia en Cristo -Su corazón traspasado es la fuente de aguas vivientes (Jn. 7, 37-39)- el misterio de María, Mediadora universal de las Gracias? ¿No es la Inmaculada, "llena de gracia", hasta un punto eminente esta fuente de "agua cristalina" brotando del "trono de Dios y del Cordero", esta vez del lado derecho, de acuerdo a la letra de la profecía de Ezequiel: "Vidi aquam egredientem a latere dextro?" (Ez. 47, 1-12; Jn. 19, 34; Apoc. 22, 1). (17)
En la visión de Tuy, de acuerdo a Sor Lucía, Nuestra Señora apareció como lo hizo en Fátima. ¿No es notable que para describir a la Inmaculada como apareció en la Cova da Iria, Lucía usó esta comparación de agua cristalina -esta agua que es un símbolo del Espíritu Santo en todos los lugares de la Escritura- iluminada por los rayos del sol: <<Allí, ante nosotros sobre una pequeña encina, vimos una Señora toda vestida de blanco. Ella era más brillante que el sol, e irradiaba una luz más clara y más intensa que un vaso de cristal lleno de agua centelleante, cuando los rayos ardientes del sol brillan a través de él.>> (18)
La Inmaculada es un agua pura que ha brotado de un solo Principio, de la única Fuente Divina del Padre y del Hijo. Al pie del Trono de la Cruz, Ella recibe Su plenitud superabundante de Gracia y Misericordia.
EL MISTERIO DEL CORAZÓN TRASPASADO: <<Era Nuestra Señora de Fátima con Su Inmaculado Corazón... sin una espada o rosas, pero con una corona de espinas y llamas.>>
Nosotros vamos al segundo misterio. Al pié de la Cruz, Su Inmaculado Corazón está atravesado por los mismos dolores que agobiaron a Su Hijo querido. Todos los tormentos de Su Pasión traspasaron Su Corazón: la agonía, la flagelación, la coronación de espinas, los ultrajes, la crucifixión. Ella también está agobiada bajo el peso de los pecados del mundo. Su Corazón está herido mortalmente por tantos crímenes, ultrajes, blasfemias, tanta ingratitud e indiferencia, que lo traspasan como espinas afiladas.
Ella es como la Esposa en el Cantar (de los Cantares), a quien el Desposado implora compartir en su Pasión redentora: "Es la voz del amado que me llama: Abreme, hermana mía, esposa mía, paloma mía, inmaculada mía. Que está mi cabeza cubierta de rocío, y mis cabellos de la escarcha de la noche." (Cant. 5,2; 6, 9; 2, 14)*.
Este misterio de la compasión corredentora está expresado elocuentemente en Tuy: nada se nos dice sobre el Corazón de Jesús. Solamente el Corazón de María está representado. Pero la vidente insiste que el Inmaculado Corazón no apareció de acuerdo a la iconografía habitual, traspasado con una espada y con rosas, pero si con una corona de espinas y con llamas. En otras palabras, apareció exactamente como el Corazón de Jesús se apareció a Santa Margarita María. Esto nos sugiere, con San Juan Eudes, que los Corazones de Jesús y de María no son sino un Corazón, como es lo apropiado para un Desposado y una Esposa, sufriendo juntos la misma dolorosa Pasión para nuestra salvación:
<<Desde aquel momento, y hasta el final, Vuestro común amor del Padre Celestial los une aún más estrechamente, y Vuestro único amor por los pecadores, derramándose de Vuestro Sagrado Corazón, Oh Jesús, en Vuestro Inmaculado Corazón, Oh María, procura para Ti un provecho que Te hace bendito.>> (19)


EL MISTERIO DE UN CORAZÓN DE MADRE. <<Con Su Inmaculado Corazón... en Su mano derecha.>> Nuestra Señora nos ofrece este Corazón. Ella nos lo da porque es nuestra Madre, nuestra verdadera Madre en (p.485) el Cielo. Su Corazón está ardiendo con el Espíritu de Amor encendido de una ternura infinita por Sus hijos, a quienes Ella dio a luz con dolor en el Calvario, y un amor real que quiere a cualquier precio salvarlos del fuego eterno del infierno.
El Corazón de María, El Inmaculado Corazón, el Corazón traspasado de espinas, también se revela en Tuy en su gran escenario del Calvario como el corazón maternal de la nueva Eva. María es la Madre de la nueva raza humana, conquistada y redimida por la Sangre de Su Hijo, y su Compasión Coredentora. Es Jesús Mismo quien expresa esta maternidad universal aplicada a cada uno de sus discípulos, a cada uno de los miembros de Su Cuerpo, como un solemne testamento, hablando a Su Madre
y a Su discípulo amado: <<Mujer, he aquí Tu hijo. Hijo, he aquí tu Madre.>> Los mejores exegetas están de acuerdo con los Padres, tanto como con el Magisterio de la Iglesia, en dar a estas palabras toda la fuerza de una maternidad espiritual, sobrenatural, tan realmente concreta como la maternidad que es su prototipo, y toda la amplitud de una maternidad universal, tan vasta por derecho de la raza humana, y extendida en realidad a las multitudes de los fieles de Cristo, quienes al fin están unidos a Su Cuerpo y guiados por El a la gloria del Cielo.
Si, por su plenitud de gracia, por Su fiat en el momento de la Anunciación, cuando Ella se convirtió en la Madre del "todo Cristo", y por Su compasión co-redentora como Esposa, Nuestra Señora mereció convertirse en la nueva Eva, la Madre de todos los hombres. Ella realmente da a luz a la vida divina a todos aquellos que corresponden a esta gracia de salvación. (20)
Nosotros encontramos este concepto de la maternidad espiritual de María expresado vigorosamente en el mensaje de Fátima. Por ejemplo, en la importante revelación recibida por Sor Lucía el 29 de mayo de 1930 (21), donde Nuestro Señor enumera las blasfemias que ofenden más gravemente al Inmaculado Corazón de Su Madre: <<Blasfemias contra Su divina Maternidad, rechazando al mismo tiempo reconocerla como Madre de los hombres.>> La fórmula es rica en significado y muy instructiva. La Inmaculada, la Madre de Dios porque Ella es la Madre de Cristo, es también la "Madre de los hombres" con respecto <<al resto de Sus hijos>>, como dice el Apocalipsis, porque es ella quien los dio a luz, con dolor, a la vida divina. (Apoc. 12, 7)
También debe subrayarse que en la aparición del 10 de diciembre de 1925 en Pontevedra, el Niño Jesús hablando de la Santísima Virgen a Lucía no dijo"Mi Madre", sino <<tu Santísima Madre, cubierto de espinas con las que los hombres ingratos lo traspasan a cada momento.>>
Los escritos de Sor Lucía demuestran cuan totalmente convencida está con este pensamiento consolador y hermoso. Expresiones como estas se encuentran constantemente de su pluma: <<Nuestra tierna Madre del Cielo, el Inmaculado Corazón de María>>, <<nuestra más tierna Madre>>, <<el Inmaculado Corazón de nuestra Santísima Madre>>. (22) Estas expresiones significan que María es <<nuestra Madre Celestial>>, a quien nosotros debemos toda nuestra vida en el orden sobrenatural, porque es a través de Ella, y nunca sin Ella, que <<Nuestro Padre en el Cielo,>> quien es la fuente de vida sobrenatural, y Jesús, Quien la mereció para nosotros, quiere dárnosla.
Comprendamos bien: este no es meramente un afecto, un lazo moral que pudiera llevar a la Santísima Virgen a amarnos como una madre y a adoptarnos como Sus hijos. ¡No! Es algo diferente, un lazo ontológico, una relación de origen que nos une a Ella.
Al merecer convertirse en Madre de Dios, la Virgen Inmaculada también mereció convertirse en nuestra Madre. Aquí están la propias palabras de San Pío X, cuya doctrina coincide una vez más con el mensaje de Fátima:
<<¿No es María la Madre de Dios? Así, ella también es nuestra Madre... en el seno casto de la Virgen, donde Jesús tomó carne mortal, El también tomó un cuerpo espiritual formado de todos aquellos que irían a creer en El. Así como Ella llevó a Jesús en su seno, debe decirse que también María llevó a aquellos cuyas vidas fueron incluidas en la vida del Salvador.
<<Así, todos aquellos de nosotros que estando unidos a Cristo somos, como dice el Apóstol, "los miembros de Su cuerpo salidos de Su carne y de Sus huesos", han salido del seno de la Madre como un cuerpo unido a su cabeza...
<<Si entonces, la Santísima Virgen es al mismo tiempo Madre de Dios y Madre de los hombres, (Dei simul atque hominum parens est), ¿quien puede dudar que Ella emplea todo su Poder intercediendo ante Su Hijo, Cabeza del Cuerpo de la Iglesia, que derrama sobre nosotros que somos Sus miembros los dones de su gracia, especialmente la gracia de conocerlo y vivir para El?>> (22a)


LA MEDIACIÓN MATERNAL DE MARÍA: "MADRE DE LA DIVINA GRACIA, MADRE DE MISERICORDIA"
Para evitar anticiparnos a las solemnes declaraciones del Magisterio, en Fátima la Santísima Virgen María nunca se llamó "Mediadora de todas las gracias", pero todo Su mensaje presupone que Ella lo es. Verdaderamente, ¿Su maternidad sobrenatural no lo implica en forma eminente? ¿Que clase de mediación puede ser más total que la mediación de la Madre que da la vida? Siendo nuestra Madre, ¿como no podría Ella otorgarnos también todos los bienes a Su disposición? En los himnos litúrgicos, y en los extra litúrgicos también, nunca nos cansamos de cantar con fervor: <<Salve, Mater Misericodiae!, Mater Dei et Mater veniae, Mater spei et Mater Gratiae, Mater plena sanctae laetitiae, O Maria! ¡Salve Madre de Misericordia! Madre de Dios y Madre del perdón! Madre de la esperanza y Madre de la Gracia, Madre plena de santa alegría, Oh María!>> Porque nuestro nacimiento a la vida divina nunca está completo aquí abajo, este lazo de maternidad, que es prolongado por los dones diarios de gracias innumerables, durarán hasta el día bendito de nuestra muerte, nuestra dies natalis. Si, Su "gran promesa" es nuestra prenda que Ella es nuestra Madre de Gracia y Misericordia, quien nos dispensará finalmente la gracia de la gracias, la gracia suprema de la perseverancia final que abre las puertas del Cielo: <<A aquellos que abracen esta devoción a Mi Inmaculado Corazón, Yo prometo la salvación.>> (13 de Junio de 1917)
Tal como en la eternidad, -nuestra vida divina será siempre un Don perpetuo, procedente de la Vida gloriosa y de asociarnos misericordiosamente a la Eterna Procesión Divina-, este lazo de origen uniéndonos a nuestra Madre durará eternamente.
Amemos entonces a esta Madre Inmaculada a quien nosotros debemos todo. Si, absolutamente todo, porque ha complacido a la Santísima Trinidad asociarla con Su plenitud, y a través de ella otorgarnos el Don de la Gracia, gracias actuales y gracia santificante, gracias concretas y Gracia Increada, el Don del Espíritu santificante, de este Espíritu de Amor y Sabiduría de quien María es la Imagen viviente y el Trono, el Vaso inmaculado, Arca sagrada, Morada resplendente: ¡Sede de la Sabiduría! ¡Vaso Espiritual! ¡Casa de Oro! ¡Arca de la Alianza! ¡Ruega, ruega por nosotros!



III. CONVERSIÓN, REPARACIÓN Y CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Nuestra Bendita Señora es como la escala de Jacob por la cual Dios viene a nosotros. El quiere que nosotros usemos la misma escala para volver hacia El.
Llenos de admiración, en la visión de Tuy hemos contemplado justamente la serie de todas la mediaciones yendo y viniendo, dispuestas con amor por nuestro Padre Celestial para hacernos partícipes de Su Gracia y Misericordia, dándonos libremente el Don de Su Espíritu divino. Primero está la mediación de Cristo, nuestro único salvador, crucificado por nuestra salvación. Allí está la mediación Eucarística de Su Cuerpo quebrado y de Su Sangre derramada, ofrecidos como sacrificio de expiación y propuestos a nosotros en la comunión como nuestra comida y bebida salvadoras. Allí está la mediación de esta agua cristalina del Espíritu Santo, la cual ha sido comunicada a nosotros. Por el Bautismo y la Penitencia nos da vida, nos santifica, y nos lava de toda mancha de pecado. Y allí está la mediación de la Iglesia, la única y fértil Esposa, haciéndonos partícipes de todos estos dones por el ministerio de sus sacerdotes quienes actúan en nombre de Cristo y ejercen Sus poderes. Finalmente, una nueva maravilla: a esta doble mediación del Hijo de Dios, el Salvador, y de Su Espíritu Santo actuando por medio de la Iglesia, está misteriosamente agregada la mediación universal de la Santísima Virgen María, Madre de Gracia y de Misericordia.
LA VÍA DE LA CONVERSIÓN: EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Así, el camino de nuestro retorno a Dios, la vía de nuestra conversión, está totalmente marcado. Es el camino más corto, el camino más fácil, el camino más dulce, pero también el camino más estrecho y el más cubierto y el único camino que conduce a la vida. Despreciarlo o alejarse de él es despreciar la Misericordia de Dios, insultar las predilecciones divinas de Su Corazón. Si es una locura o una mentira diabólica pretender volver al Padre mientras se ignora a Su amado y único Hijo, soberano mediador entre Dios y los hombres, (23) es una blasfemia similar, y un signo seguro de la obra del espíritu del mal, querer ir a Jesús mientras se desdeña el Inmaculado Corazón de Su Madre, a quien El ha establecido como nuestra Mediadora universal. <<Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te llevará a Dios>>, declaró Nuestra Señora a Lucía el 13 de Junio de 1917.
Así, el maravilloso dispendio del misterio de gracia, cuyos aspectos estéticos y místicos hemos considerado, ahora se presenta a nuestros ojos como un requerimiento dramático. En el plan de Dios, el culto y el amor a la Santísima Virgen no son algo secundario y opcional. Al contrario, todo el mensaje de Fátima proclama que estas son condiciones indispensables para obtener la salvación. En Tuy, la Santísima Virgen informó solemnemente a Su mensajera de este hecho: muchas almas son condenadas porque rechazan someterse con docilidad a las predilecciones de Dios hacia Ella, porque éstas La desprecian y La insultan: <<Tantas son las almas que la Justicia de Dios condena por los pecados cometidos contra Mi...>>
Nosotros podemos comprender fácilmente este terrible rigor: Ya que Ella es verdaderamente nuestra Madre, la Madre de todos los hombres, nuestra Co-redentora, Abogada y la más amorosa Mediadora, ¿como no podría esta Virgen que es toda bondad, y también la Madre de Dios, la Inmaculada en quien la Trinidad toma Su deleite, no tener un derecho absoluto a la veneración, a la gratitud y al amor filial de Sus Hijos? Dios ya no sería Dios si no castigara severamente a aquellos que escupen en el rostro de tal Madre y no se arrepienten... El crimen es más grande aún, porque Dios quiere en nuestros tiempos que Ella sea mejor conocida, mejor amada y más exaltada.
Verdaderamente, <<el momento ha llegado>>, y durante dos siglos los pedidos del Cielo se han vuelto más y más acuciantes. La hora ha llegado para la Iglesia jerárquica, la que ha recibido como depósito el tesoro de la Revelación Divina, de hacer que brille toda la gloria del Inmaculado Corazón, autorizadamente y en nombre de Cristo, como la Mediadora de Gracia y Misericordia para todas las almas y para todas las naciones, para la Iglesia y para la Cristiandad. Las apariciones de Fátima, con su culminación en Pontevedra y en Tuy, corresponden a las apariciones de Paray-le-Monial. Después del Sagrado Corazón de Jesús, el Inmaculado Corazón de María viene a hacer conocer en nombre de Dios la devoción debida a El en preparación de Su "triunfo", el cual a su vez anuncia el Reinado del Sagrado Corazón de Jesús.
EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA Y LA IGLESIA, LA SALVACIÓN FINAL DEL MUNDO. <<Dios quiere establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María.>> Para este fin, El quiere darnos una prueba sorprendente que a través de Ella, y solamente a través de Ella, nosotros podemos ser salvados de los peligros espantosos que nos amenazan. Enfrentados con un infierno eterno, enfrentados con el infierno sobre la tierra del Gulag Bolchevique, Dios nos presenta al Inmaculado Corazón de María como el recurso final, la última esperanza de salvación para un mundo en camino a la perdición.
Este es el oráculo que Nuestra Señora repite insistentemente: "Habéis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores." Y el 13 de junio de 1929, los hechos hablaron por si mismos. "Tu has visto las hambres, las guerras y las persecuciones que agobian a las pobres gentes abandonadas al infierno viviente del Gulag, el verdadero imperio de satán." Bien, Nuestra Señora repite insistentemente: para salvarlas "Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón."
DIOS PROMETE UN MILAGRO A TRAVÉS DE LA MEDIACIÓN DE MARÍA... Es en el contexto trágico de 1929, cuando Stalin estaba provocando el terror sangriento del Gulag a su medida, que debe comprenderse la gran promesa divina: <<Fue en ese tiempo, (escribe Lucía) que Nuestro Señor me informó que había llegado el momento para mí de hacer conocer a la Santa Iglesia Su deseo de la consagración de Rusia y su promesa de convertirla.>> En otro lugar Lucía recuerda Su promesa de <<terminar la persecución en Rusia>>, <<Su promesa para salvarla>>. Finalmente la carnicería atroz, las hambrunas cínicamente planeadas, las persecuciones, el hostigamiento por la policía, la estúpida e inhumana socialización, todo eso iba a ser terminado por la intervención todopoderosa de la Madre de Dios, esta Teotokos tan amada para el pueblo ruso, que continuó venerando sus iconos en secreto.
La conversión de Rusia por la mediación de María iba a ser un primer prodigio. Pero hay también un segundo...
...Y POR LA MEDIACIÓN DE LA JERARQUÍA CATÓLICA. Este milagro extraordinario hubiera asombrado al mundo, hubiera vuelto a despertar la Fe y originado entre la gente el estallido de un himno de acción de gracias. Era imperativo que todo el mundo, herejes, cismáticos, judíos y paganos, se dieran cuenta que Dios había realizado el milagro a través de la mediación de la Reina de los Cielos, pero también en respuesta a <<un acto solemne y público>> de los Pastores de Su única, verdadera Iglesia, que es Católica y Romana. ¡Que admirable sabiduría en esta doble mediación! Pues juntos, ambos son esperados por Dios para el milagro largamente esperado, tan necesario para la paz del mundo. <<El buen Dios promete terminar la persecución en Rusia, si el Santo Padre realizara él mismo un acto solemne de reparación y consagración de Rusia a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, al igual que ordenara a todos los Obispos del mundo católico hacer lo mismo...>>
Pobre Rusia, dominada por el Bolchevismo y todavía víctima de su cisma secular, hubiera sido salvada de ambos males al mismo tiempo. Además, la liberación hubiera venido a pedido y mediante la decisión de todos los Obispos católicos obedeciendo a su cabeza, el Papa de Roma, cuya primacía universal de jurisdicción como sucesor de Pedro, la Iglesia Rusa, en su obstinada rebelión había rechazado reconocer. Si, admiremos la estratagema divina por medio de la cual Dios quiso volver a atraer Su rebaño, por millones, la multitud de Sus ovejas descarriadas por el cisma, y al mismo tiempo asegurar la paz mundial.
¡Que plenitud de sabiduría en este gran designio de misericordia! Esto alcanzaría para mostrar que no es del hombre, sino de Dios. Cuanto más lo examinemos, más comprenderemos su divina coherencia. Nosotros comprendemos también que este designio es irrevocable, y que Dios no quiere cambiar ninguna parte de él. Cuando Sor Lucía le preguntó porque El no convertía a Rusia sin que el Papa hiciera esta consagración, Nuestro Señor le respondió: <<Porque quiero que toda Mi Iglesia reconozca esa consagración como un triunfo del Inmaculado Corazón de María, para extender su culto más tarde y poner la devoción a este Inmaculado Corazón junto a la devoción a Mi Divino Corazón... El Inmaculado Corazón de María salvará a Rusia. Esto ha sido confiado a Ella.>> (24)
EL ULTIMO DESIGNIO DE DIOS: LA CONSAGRACIÓN Y LA DEVOCIÓN DE REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
¿Cual será este triunfo que ha sido predecido? La expansión universal de la devoción al Inmaculado Corazón de María. En cuanto a esta devoción, está resumida totalmente en dos palabras: consagración y reparación.
LA CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA. Al establecer tan estrecha conexión entre la conversión de Rusia y su consagración al Inmaculado Corazón de María, Dios quiere mostrarnos claramente de cuan supremo agrado es esta consagración para El, no solamente de Rusia, sino de todas las naciones. Lo que Lucía dice sobre el "milagro portugués" se aplica a fortiori, a la conversión de Rusia. Ella escribió al Papa Pío XII: <<Esta será la prueba de las gracias que Dios hubiera otorgado a otras naciones, si como Portugal hubieran sido consagradas a Ella.>> (25)
Si este es el caso, es claro que todas las otras sociedades, y las personas mismas, recibirán grandes gracias al consagrarse al Inmaculado Corazón de María. ¿Pero por qué? La Santísima Virgen no pidió al pueblo ruso o al pueblo portugués se consagraran a si mismos, sino que el Papa y los Obispos lo hicieran en su nombre. Esto es porque es la mejor manera de aceptar completamente, con amor y humildad, todas las mediaciones queridas por Dios y que son el verdadero antídoto para el orgullo moderno, donde cada individuo se erige en nómada autónomo y soberano. Si contra este pecado que es la misma esencia de la revolución democrática, es que la consagración es más agradable a Dios. Todos aquellos que ejercitan cualquier autoridad, el Papa a la cabeza de la Iglesia, el Obispo en su diócesis, el Rey como la cabeza y padre de su nación, el párroco en su parroquia, el padre en su familia, -para mostrar que ellos tienen su autoridad procedente de Dios y pretenden usarla en Su nombre y en conformidad con Su voluntad- deben hacer públicamente este acto de obediencia a la Buena Voluntad divina del Padre Celestial y de Su Hijo. Por pequeño o grande que fuera su rebaño, ellos deben consagrarlo al Inmaculado Corazón de María que es inseparable del Sagrado Corazón de Jesús, como a su Rey y a su Reina, a quienes ellos pertenecen y quienes gozan derecho total de verdadera soberanía. Ellos pueden estar seguros que a cambio de este reconocimiento filial de su poder, los Sagrados Corazones de Jesús y de María bendecirán misericordiosamente, protegerán y colmarán de gracias a todos aquellos que fueran confiados a Ellos. (26)
LA DEVOCIÓN DE REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA. Si la consagración está relacionada al misterio de las mediaciones divinas, la reparación pone en marcha este otro misterio que está igualmente en el centro del mensaje de Fátima: la comunión de los Santos.
Durante los mensajes del Angel en 1916, y otra vez durante las apariciones de Nuestra Señora el 13 de Junio y el 13 de Julio, y poco después de estas en las apariciones de Pontevedra, el Cielo pide urgentemente reparación por todos <<los pecados por los que Dios es ofendido>>, <<por los ultrajes, sacrilegios e indiferencia>> que hieren el Corazón Eucarístico de Jesús, y finalmente, por <<las blasfemias e ingratitud>> de los hombres, que traspasan el Inmaculado Corazón de María. (27)
Es notable que en Tuy, Nuestra Señora insiste nuevamente sobre este punto, en dos formas. En primer lugar por esta grave y terrible advertencia, que nos parece un eco de la primera parte del Secreto con su aterradora visión del infierno: <<Tan numerosas son las almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra Mi, que vengo a pedir reparación. Sacrifícate tu al menos por esta intención y reza.>> (28)
Oración y sacrificios ofrecidos en reparación al Inmaculado Corazón de María para arrebatar almas al infierno, este es el tema que nosotros encontramos constantemente en las cartas de Sor Lucía de esta época. Remarquemos también, que la teofanía trinitaria espectacular tuvo lugar mientras ella estaba dedicada, con generosidad, a esta obra de reparación. Cumpliendo al pie de la letra los pedidos del Sagrado Corazón a Santa Margarita María, cada semana durante la noche del jueves al viernes, entre las once y las doce de la noche, ella haría una Hora Santa de adoración y reparación. Postrada en la capilla, o de rodillas con los brazos en cruz, ella repetiría incansablemente las dos hermosas oraciones de reparación enseñadas por el Angel en el Cabeço.
Esto demuestra cuan exacta es la continuidad entre el mensaje de Fátima y el de Paray-le-Monial. Fátima es la continuación, el complemento, el cumplimiento de Paray-le-Monial, pues en el gran designio de Misericordia Divina, los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María están indisolublemente unidos. (29) Así también deben estar ellos en nuestro propio amor y en los actos de reparación que les ofrecemos.
Aun, en los mensajes de Pontevedra y Tuy, por un misterio admirable de amor y una predilección incomparable por Su Madre, parece como si el Sagrado Corazón mismo quisiera estar eclipsado, o al menos estar próximo solo a través de la dulce mediación del Inmaculado Corazón de María. Es como si Jesús nos dijera: "Los actos de reparación deben hacerse por todas las ofensas y crímenes que insultan la santidad de Mi Padre; el culto perfecto que debemos rendir hacia El, Yo mismo como Sumo Sacerdote eterno lo realicé en Mi sacrificio en la Cruz, el cual es renovado en todo momento. Para hacer reparación por las ofensas, los ultrajes que hieren Mi Corazón, alcanza para vosotros ofrecerme los superabundantes méritos del Corazón de Mi Santísima Madre, y unirla en Su dolorosa compasión. Por las injurias, las blasfemias que entristecen Su Corazón Maternal tan cruelmente, corresponde a vosotros, Sus hijos, hacer reparación por ellos consolándola, y por vuestras oraciones y sacrificios obtener la conversión de la pobre gente que ha tenido la desgracia de ofenderla gravemente. Pues ellos han merecido por este crimen imperdonable, por este pecado contra el Espíritu Santo, la condenación del fuego eterno. ¡Pues muchísimas son las almas que Mi justicia condena por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de Mi Madre!"
Esto es porque, de acuerdo al mensaje de Fátima, la obra que es propia de nosotros, la obra más al alcance de nuestras posibilidades, es la reparación al Inmaculado Corazón de María. <<Tu, al menos, procura consolarme!...>>
Dios es tan insistente sobre esta reparación, que la ha puesto al principio y al fin de todo el gran plan revelado en Tuy. En primer lugar, al principio, pues al mismo tiempo con el acto de consagración, Dios pide al Papa y a los Obispos <<un acto solemne y público de reparación al Inmaculado Corazón de María>>, indudablemente por todas las profanaciones y blasfemias cometidas contra Ella en la Rusia bolchevique por tantos ateos fanáticos, pero también por la revolución comunista que es en si misma un crimen abominable, ya que ejerce injustamente un poder satánico sobre un antiguo país de la Cristiandad, que por derecho pertenece a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
La reparación figura también al fin del gran designio de Dios, que en realidad promete <<terminar la persecución en Rusia>>, si el Papa y los Obispos la consagran al Inmaculado Corazón de María, <<y si Su Santidad promete, por el fin de esta persecución, aprobar y recomendar la práctica de la devoción reparadora>> de los primeros sábados de mes. Es un intercambio admirable de promesas, por las cuales Dios quiere comprometer al Vicario de Cristo a encomendar a toda la Iglesia esta devoción reparadora que El tan fervientemente desea ver practicada en todas partes.


IV. LA APARICIÓN DE TUY, EL MOMENTO CRUCIAL DEL SIGLO
Desde entonces, después del 13 de junio de 1929, cuando Dios completó la solemne revelación de Su gran designio para la Iglesia, para Rusia, y para el mundo, uno puede decir que el drama de nuestro siglo estaba en marcha. Las consecuencias dependen, en último análisis, del Santo Padre, y de él solo. Nosotros explicaremos por qué. Y porque el mensaje de Fátima es perfectamente límpido y coherente, tres proposiciones -la verdad de las cuales es aún más notable en 1989 que en 1917 o en 1929- lo resumen todo.
1. LA PAZ DEL MUNDO DEPENDE DE LA CONVERSIÓN DE RUSIA
<<Si mis pedidos son atendidos, Rusia se convertirá y habrá paz>> Si no, Rusia <<propagará sus errores por el mundo, causando guerras y persecuciones... Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas.>> Así, todo ya había sido dicho el 13 de Julio de 1917. Incluso, Nuestra Señora predijo la Segunda Guerra Mundial, la cual sería peor que la primera, como una consecuencia directa de la no conversión de Rusia. Nosotros pronto demostraremos la verdad histórica incuestionable de esta afirmación sorprendente. En cuanto al expansionismo (tanto ideológico como militar) profetizado por Nuestra Señora, también es un hecho de la historia, -un hecho más y más prominente- que determina que el futuro de todo el mundo dependa solamente de Rusia. Solzhenitsyn, quien vio este hecho, escribe: <<El comunismo no puede detenerse en su deseo de conquistar el mundo, sea por la guerra abierta, por la acción terrorista o subversiva, o por la desestabilización de las estructuras sociales... Nada puede esperarse del comunismo en si mismo: no es posible ningún compromiso con la doctrina del comunismo, uno puede preveer tanto su triunfo total en todo el mundo, como su desaparición completa en todas partes. La única salvación para Rusia, para China y para el mundo entero consiste en rechazarlo. De otra manera, el mundo corre el riesgo de ser asolado y aniquilado.>> (30)
Esta es precisamente la profecía de Fátima. Mientras permanezca bajo el yugo comunista, Rusia continuará siendo una amenaza perpetua para el mundo, porque su revolución bolchevique es como un cáncer creciendo, el cual, por su naturaleza, nunca podrá hacer otra cosa que expandirse. Nosotros debemos hacernos esta seria reflexión: el único escape, la única salvación posible para Rusia y para el mundo es su conversión... Y esto último solamente podría ser un milagro extraordinario, otorgado por Dios en Su misericordia.
2. LA CONVERSIÓN DE RUSIA DEPENDE DE SU CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARIA
Aquí nosotros estamos entrando en el terreno íntegramente sobrenatural de la fe y de la esperanza. Aún, este hecho no es por lo tanto algo menos cierto que las cosas que están probadas empíricamente; ¡lejos de ello! A los ojos de la fe, el plan de salvación revelado en Fátima y en Tuy aparece como la obra de la sabiduría divina, que no tiene igual por su eficacia incuestionable. Si, pues para todo católico que comprende la profunda intención subyacente, y sus frutos maravillosos, los dos pedidos de Nuestra Señora aparecen como los medios adecuados, las condiciones necesarias para el milagro, que es posible, y por así decirlo necesario para la conversión de Rusia. Esta es una segunda verdad que, como la primera, es tan cierta e incluso más obvia de lo que fue en 1929.
3. LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA DEPENDE DEL PAPA Y DE LOS OBISPOS
<<Si el Santo Padre hiciera él mismo (un acto solemne de reparación y consagración de Rusia) al igual que ordenara a todos los Obispos del mundo católico hacer lo mismo... El Santo Padre debe entonces prometer aprobar y recomendar la práctica de la devoción reparadora.>> El texto es claro: ¡que lugar hay allí para dudas! En el gran designio de Dios, todo depende, en último análisis, del Pontífice Supremo, y solamente de él, ya que a él corresponde ordenar a los Obispos hacer el acto pedido de consagración con él. Los fieles, por supuesto, también pueden actuar eficazmente: por sus oraciones y sacrificios ellos son dignos de esta gracia. Con todo, esto no cambia el hecho que ninguna solución decisiva para la paz y salvación del mundo pueda ser alcanzada sin el Papa. Aquí nosotros debemos ser insistentes, porque este punto del mensaje de Fátima a menudo es pasado por alto en silencio. Dios promete realizar milagros de gracia a través de la mediación del Inmaculado Corazón de María, pero con una condición formal: que los Pastores de la Iglesia se lo pidan solemnemente a Ella, y demuestren, por su obediencia a sus pedidos, que frente a los peligros extremos de la hora, esperan de Ella la liberación, y solo de Ella.
En otras palabras, desde la extraordinaria teofanía trinitaria de Tuy el 13 de junio de 1929, más que nunca antes, todo depende del Papa: <<El momento ha llegado, cuando Dios pide al Santo Padre...>> Queda para nosotros examinar cual fue su respuesta a los pedidos de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

NOTAS:
(1) Cfr. supra, Parte I, Capitulo VI.
(2) Carta a Sor Lucía, 9 de mayo de 1929, Uma vida, p. 365. También debemos leer el relato conmovedor de una curación milagrosa obtenida por la vidente en este período. (cfr. infra, Cap. XII, Apéndice IV).
(3) En los grandes designios de Dios, la devoción reparadora y la consagración de Rusia están tan íntimamente conectadas una a otra, que resumiendo nuestro relato de los hechos, después de 1925, en el próximo capítulo examinaremos las respuestas de la Iglesia a estos dos pedidos de Nuestra Señora.
(4) Doc., p. 463-465. Este texto, que es el más detallado que tenemos, fue escrito por Sor Lucía en mayo de 1936, cuando su director espiritual, Padre Gonçalves, le pidió escribiera unas notas biográficas. Documentos no nos dá una reproducción del manuscrito original, el cual fue destruido por Sor Lucía, pero reproduce una copia literal que el Padre Gonçalves hizo a fines de abril de 1941, durante el curso de una visita a Sor Lucía.
Desafortunadamente, las traducciones de este texto que aparecen en MSC (p. 41) y en un apéndice a las Memorias de Sor Lucía están defectuosas en varios puntos. Así, el lector no debe sorprenderse ante cualquier discrepancia que pudiera notar.
Un segundo relato, más sucinto, de la visión de Tuy puede encontrarse, infra, Cap. VII, Apéndice.
(5) Nosotros sabemos que el Padre José Bernardo Gonçalves, quien era Superior de la comunidad jesuita en Tuy, escuchó por primera vez la confesión de Sor Lucía el 19 de mayo de 1929, apenas un mes antes de la aparición (Doc., p. 399).
(6) Carta recibida por el Padre Gonçalves el 29 de mayo de 1930, (Doc., p. 405). La carta del próximo 12 de junio, dirigida a la misma persona, emplea literalmente la misma fórmula (Doc., p. 411), la cual une indisociablemente los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
(4) Cuarto Concilio de Letrán: <<Absque initio, semper ac sine fine: Pater generans, Filius nascens, et Spiritus Sanctus procedens>> (Denz., 428).
(8) Concilio de Florencia (Denz., 691).
(9) CRC 184, dic. 1982, p. 16 y 18. Esta maravillosa historia de la Rusia mística y cristiana, desde San Vladimir hasta San Serafín de Sarov y el "Camino de un Peregrino" en todo el siglo diecinueve, es relatada con mucho encanto en dos obras accesibles a todos: Pierre Kovalevsky, Saint Serge (collection Maîtres de la vie spirituelle, Seuil 1958); y Jean Meyendorff quien relata la continuación en Saint Gregoire Palamas (misma colección).
(10) Doc., p. 413.
(11) Abad de Nantes, Via Crucis, "Oración al Dios de Compasión".
(12) Cfr. Vol. I, p. 76, 88, 104-105.
(13) Maitines, Antífona para la Fiesta de la Santísima Trinidad. II Cor. 13, 13: <<Gratia Domini nostri Jesu Christi, et caritas Dei, et communicatio Spiritus Sancti sit cum omnibus vobis.>>
(14) San Pío X, Ad diem illum, 2 de febrero de 1904.
(15) Misa de María Mediadora de todas la Gracias y Misa del Inmaculado Corazón de María.
(16) Ven. Pío IX, Ineffabilis Deus.
(17) Ez. 47, 1-12; Jn. 19, 34; Apoc. 22, 1.
(18) Ver nuestro Vol. I, p. 112.
(19) Abad Georges de Nantes, Via Crucis, 1974.
(20) Ver por ejemplo A. Feuillet, Jesus et sa Mère, la maternidad espiritual de María, p. 135-139. A la luz de <<la mujer que da a luz>> del Apocalipsis 12, el autor deja hablar a Jesús: <<Mujer, he aquí Tu hijo>>, toda Su riqueza de afirmación de una realidad mística permanente, merecida por la Cruz pero ya preexistente en realidad, como la gracia de la Inmaculada Concepción: <<el Cristo agonizante ve a María y al discípulo amado, y El dice algo que nadie ve y nadie sabe: que María es la Madre del discípulo y el discípulo Su Hijo. Que significa esto sino que este episodio no relata la creación de algo nuevo, sino la simple revelación de una realidad que ya existe.>> (p. 138) Cfr. también la misma exposición desarrollada de M. Braun, "La Mère des fideles": La Mère du disciple, p. 97-129 y La Fémme de l'Apocalipse, p. 131-176, Casterman, 1953.
(21) Cfr. supra, p. 265, y ss.
(22) Carta del 9 de mayo de 1929 a Sor Lucía (Uma vida p. 365). La carta del 24 de julio de 1927, dirigida a su madre, y dedicada íntegramente a la devoción de los cinco primeros sábados es aún más significativa: <<Una devoción... que nuestra querida Madre Celestial ha pedido>>, <<nuestra querida Madre>>, <<nuestra Santísima Madre con Jesús en el Calvario>>, <<la más tierna de las madres>>, <<de esta forma consuela a tu Madre Celestial, y trata de hacer que muchos otros la consuelen en la misma forma>> (Cfr. supra, p. 261-262). Ella pudo apenas ser más insistente sobre el Corazón maternal de María.
(22a) Ad diem illum, 2 de febrero de 1904.
(23) <<Si Dios fuera vuestro Padre, vosotros me amaríais, pues de Dios Yo procedo y vengo... Pero vosotros buscáis matarme... Vosotros sois de vuestro padre, el diablo.>> Jn. 8, 39-44.
(24) Carta al Padre Gonçalves, 18 de mayo de 1936. Doc., p. 414.
(25) Cfr. supra, p. 427-428.
(26) Observemos que es en este mismo espíritu que los Obispos portugueses hicieron la consagración de su país en 1931. Nosotros también tendremos la oportunidad de citar ejemplos históricos elocuentes que ilustran la fecundidad sobrenatural incomparable de tal consagración: la consagración de Francia a Nuestra Señora por el Rey Luis XIII en 1638, la parroquia de Nuestra Señora de las Victorias consagrada el 3 de diciembre de 1836 al Santísimo e Inmaculado Corazón de María por Padre des Genettes, o finalmente la parroquia de Ars, consagrada por su santo párroco (San Juan María Vianney) aquel mismo año, 1836, a María concebida sin pecado.
(27) Nosotros ya hemos explicado en detalle este aspecto importante del mensaje, cfr. Vol. I, p. 86-89 y supra, en el capítulo sobre "La Gran Promesa", p. 153 etc., "La Devoción Reparadora, un secreto de misericordia para los pecadores".
(28) Cfr. supra, Parte I, Capítulo VII, nota 36.
(29) Hasta tal punto que, respecto a los pedidos divinos de la consagración de Rusia, Sor Lucía a veces habla de una <<consagración de Rusia a los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María>>, la cual es necesariamente dirigida al mismo tiempo al Sagrado Corazón de Jesús. Es tan cierto que <<...venir al Corazón de María es venir a Jesús; honrar el Corazón de María es honrar a Jesús, invocar al Corazón de María es invocar a Jesús...>> San Juan Eudes, Le Coeur Admirable, Vol. II, cap. V. Cfr. San Luis-Marie Grignion de Montfort, La verdadera devoción a María, Nº148.
(30) L'erreur de l'Occident, p. 89, 1980.
* Sagrada Biblia, B.A.C., Madrid, 1954
Traducción de Carlos Stuart
 Fuente: STAT VERITAS


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