REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

miércoles, 18 de marzo de 2020

MEDITACIÓN DEL CARDENAL ROBERT SARAH SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL


Queridos amigos,
Me da gusto encontrarlos de nuevo por estas líneas para animaros a rezar más y no dejarlos. Rezad sobre todo con un corazón desbordante de amor y de caridad, un corazón reconciliado con Dios y con nuestros hermanos y hermanas.
Si las circunstancias o las disposiciones civiles o eclesiásticas provocadas por el coronavirus os impiden ir a la iglesia simplemente para encontrar al Señor, o para tomar parte en la Eucaristía, sepan sin embargo que nadie, absolutamente nadie, puede impediros de volverse hacia Dios e implorar su ayuda en este momento de gran prueba. Recordad las palabras que Jesús nos dirige hoy, en este tercer domingo de Cuaresma: “Mujer, créeme a Mí, porque viene la hora, en que ni sobre este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre… Pero la hora viene, y ya ha llegado, en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre desea que los que adoran sean tales. Dios es espíritu, y los que lo adoran, deben adorarlo en espíritu y en verdad” (Jn. 4, 21-24).
Es ahora, en este tiempo donde el coronavirus oprime a los pueblos del mundo entero, hace falta volvernos hacia Dios con más intensidad, confianza y verdad para confiar en su ternura de Padre, y hacia la Santísima Virgen María para que ella nos cubra y nos proteja con su manto maternal. San Pablo nos lo recomienda cuando escribe a los cristianos de Éfeso, y a nosotros también: “Vivid orando siempre en el Espíritu con toda suerte de oración y plegaria, y velando para ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Ef. 6, 18).
Juntos, en un solo corazón y una sola alma, y unidos en la misma fe, levantemos las manos hacia Dios y supliquémosle. Confiémosle el mundo y Su Iglesia. Su corazón se ensanchará y nos salvará.
 + Cardenal Robert Sarah
Traducción por Dominus Est. Original de Su Eminencia Cardenal Robert Sarah.

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