REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

lunes, 20 de enero de 2020

ANTE LAS PRETENSIONES DEL GOBIERNO SOCIAL-COMUNISTA DE ESPAÑA


“LA FAMILIA NO ES PARA LA SOCIEDAD, LA SOCIEDAD ES PARA LA FAMILIA”

( Su Santidad PíoXII)

El Estado debería cumplir con lo que esencialmente es su primer deber según el plan de Dios Creador y Salvador, es decir, garantizar absolutamente los valores que aseguran el orden, la dignidad humana, la salud y la felicidad de la familia.
Pío XII así se expresaba en discurso a un grupo de padres de familia, provenientes de diferentes diócesis de Francia.
«A propósito de las más diversas cuestiones, hemos insistido numerosas veces sobre la santidad de la familia, sobre sus derechos, sobre su papel como célula fundamental de la sociedad humana.
«A este título es su vida, su salud, su vigor, su actividad, las que aseguran la vida, la santidad, el vigor, la actividad de la sociedad entera. Porque ella –la familia- recibe su existencia y su dignidad de Dios, como su función social: la familia es responsable delante de Dios.
«Sus derechos y sus privilegios son inalienables, intangibles; ella tiene el deber, antes de todo delante de Dios y secundariamente delante la sociedad, de defender, de reivindicar y de promover efectivamente sus derechos y sus privilegios, no solamente para su propia ventaja, sino para la gloria de Dios, para el bien de la colectividad.
Derechos y deberes de la familia
«Es claro que vuestro primer deber en el santuario del hogar familiar, es suministrar ‒respetando su integridad, su unidad, la jerarquía natural que une entre ellos a sus miembros- con toda la perfección humanamente posible‒ la conservación, la salud corporal, intelectual, moral y religiosa de la familia.
«Y este deber comporta evidentemente el de defender y de promover sus derechos sagrados, particularmente el de cumplir sus obligaciones en relación a Dios; de constituir, en toda la fuerza del término, una sociedad cristiana.
Defender sus derechos contra todas las violencias o influencias exteriores capaces de atentar contra la pureza, la fe y la estabilidad sacrosanta de la familia; promover esos mismos derechos reclamando de la sociedad civil, política, cultural, al menos los medios indispensables para su libre ejercicio.
Valores que no se pueden sacrificar
<<Estos valores que son elementos del propio bien común, jamás estará permitido sacrificarlos a lo que podría tener apariencia de bien común.
«Indiquemos solamente, a título de ejemplo, algunos de los que se encuentran actualmente en mayor peligro: la indisolubilidad del matrimonio; la protección de la vida antes del nacimiento; la habitación conveniente de la familia, no solamente de uno o dos niños o aun sin niños, sino la de la familia normal más numerosa; el derecho de los padres sobre los niños frente al Estado; la plena libertad para los padres de educar a sus hijos en la verdadera Fe y, como consecuencia, el derecho de los padres católicos a la escuela católica>>

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