* Para se leído y meditado personalmente, y en grupos de oración y reflexión cristiana
1. Ir de la luz a las
tinieblas
Septiembre 20, 2014
María
Ven, Yo quiero
llevarte a la oscuridad del Infierno. Sólo entonces puedes entender los acontecimientos
que están ocurriendo y la fealdad del pecado. Habrá etapas en esta oscuridad y
por último, llegaremos al centro, cara a cara con satanás y sus legiones.
El camino de la luz a
la oscuridad comienza lentamente. Es como un ocaso. La persona todavía cree,
todavía practica su fe, pero en ciertas áreas de la vida ellos comienzan a
dejar atrás la Ley de Dios. Aumentan las atracciones que nunca antes eran toleradas.
Las prácticas religiosas llegan a ser secundarias y de rutina. La flor se
desgaja de sus raíces profundas de fe y ya no se alimenta del suelo.
La persona no puede
luchar más contra la cultura y pronto se convierte en uno con ella. Las alegrías
encontradas en las prácticas religiosas se desvanecen y el corazón se consume
en metas mundanas. El alma se hace impotente frente a las tentaciones y sucumbe
más y más en un estilo de vida que anteriormente habría rechazado.
El alma aún no ha
caído en las tinieblas, pero bordea el precipicio, tropieza con frecuencia, se
levanta lentamente y está muy debilitada, mientras Satanás espera su momento,
listo para reclamar un alma que había vivido en la luz.
Comentario: Oh,
lector, si estas palabras te describen, entiende que Nuestra Señora te ama y te
está ofreciendo la ayuda que necesitas para volver rápidamente a la luz.
2. El mecanismo de Satanás
Septiembre 21, 2014
María
Algunas veces la
tierra tiembla, los cielos se oscurecen y las olas se agitan, como sucede con los
huracanes, terremotos y tornados. Todos estos son símbolos de los poderes
destructivos del Infierno. Se libera una fuerza que perturba el orden
existente. Aunque algunas manifestaciones de la Tierra tienen una raíz
satánica, las fuerzas más grandes del Infierno se muestran en los
acontecimientos humanos como la ira, las disputas, los malentendidos, el
rompimiento de las promesas, la destrucción de las relaciones, la codicia, los
escándalos, algunas veces una completa y repentina destrucción de lo que
parecía tan estable.
Estas fuezas del
Infierno no se manifiestan en desastres naturales, sino dentro de la persona humana.
Todos están sujetos a estas fuerzas y muchos creen equivocadamente que se trata
de confusiones o errores humanos. Realmente, el Infierno se está desatando y,
si no se derrota, las fuerzas seguirán expandiéndose. Satanás sólo quiere
destruir, derribar y arruinar.
Sin embargo, los
poderes del Infierno llegan a otro nivel cuando se valen de los corazones que
están comprometidos con el mal, corazones retorcidos que han tomado decisiones
perversas y han escogido deliberadamente los caminos del mal.
Satanás eleva a estas
personas, les da puestos de autoridad, llena sus bolsillos con dinero, derrama
sobre ellos enormes poderes políticos, los protege de sus enemigos y los
mantiene en el poder hasta que ya no le sirven para sus propósitos. Estas
personas están por todas partes, en el mundo y en la Iglesia, en los negocios y
en la educación, en la política y en la ciencia. Sin saberlo, ellos forman un
mecanismo de maldad que los protege unos a los otros y luchan por las mismas
causas. Ellos son inteligentes, poderosos, son
aceptados por muchos, con frecuencia bien acicalados, con un alto nivel
de educación e incluso son encantadores.
Ellos persuaden a los
demás, lideran causas y tienen un discurso brillante. No tienen amor por la
verdad y no ven el mal quebrantando la Ley de Dios. Todo es por conveniencia
propia, cualquier cosa entra en sus metas distorsionadas.
La sociedad está al
borde del abismo porque satanás es dueño de muchos miles de personas. Sus
pasiones son desordenadas y sus egos dominan sus pensamientos. Ellos son su vanguardia,
sus instrumentos para llevar al mundo al borde del precipicio, donde ya se
dirige a menos que los poderes de Mi Inmaculado Corazón sean liberados pronto.
Ninguna mente humana
puede detectar la maquinaria de satanás y ninguna fuerza humana puede
destruirla. Sólo la Mujer vestida de Sol es su gran Adversaria.
Comentario: Nuestra
Señora da una aguda descripción de lo que está ocurriendo ante nuestros ojos,
pero que en realidad no se ve.
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