REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

miércoles, 19 de febrero de 2014

LA MISTERIOSA VIRTUD DEL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA


LA MISTERIOSA VIRTUD DEL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA
PARA EL BIEN DE LA SOCIEDAD HUMANA
Sólo la Iglesia puede volver a conducir al hombre desde estas tinieblas a la luz; sólo ella puede devolverle la conciencia de un vigoroso pasado, el dominio del presente, la seguridad del porvenir. Pero su supranacionalidad no actúa a manera de un imperio que extiende sus tentáculos en todas las direcciones con la mira de una dominación mundial. Corno una madre de familia, reúne todos los días en la intimidad a todos sus hijos, esparcidos por el mundo; los recoge en la unidad de su principio vital divino. ¿No vemos, acaso, todos los días sobre nuestros innumerables altares cómo Cristo, Víctima divina, con sus brazos, extendidos de un extremo al otro del mundo, abraza y contiene al mismo tiempo, en su pasado, en su presente y su porvenir a toda la sociedad humana? Es la santa misa aquel sacrificio incruento instituido por el Redentor en la última Cena, quo cruentum illud semel in Cruce peragendum repraesentaretur eiusque memoria in finem usque saeculi permaneret, atque illius salutaris virtus in remissionem eorum, quae a nobis quotidie committuntur, peccatorum appilicaretur: «para que se representase el sacrificio cruento realizado una vez en la cruz y permaneciera su recuerdo hasta el final de los tiempos y se aplicase su saludable eficacia para perdonar los pecados que a diario cometemos». Con estas palabras lapidarias del concilio de Trento, esculpidas, para perpetua memoria, en una de las horas más graves de la historia, la Iglesia defiende y proclama sus mejores y más altos valores, que son también los mejores y más altos valores para el bien de la sociedad, los cuales unen indisolublemente su pasado, su presente y su futuro, y arrojan una viva luz sobre los inquietantes enigmas de nuestros tiempos.
 En la santa misa, los hombres se hacen cada vez más conscientes de su pasado culpable, y, al mismo tiempo, de los inmensos beneficios divinos en el recuerdo del Gólgota, del acontecimiento más grande de la historia de la humanidad, reciben la fuerza para librarse de la más profunda miseria del presente, la miseria de los pecados diarios, mientras hasta los más abandonados sienten una brisa del amor personal de Dios misericordioso; y su mirada queda orientada hacia un seguro porvenir, hacia la consumación de los tiempos en la victoria del Señor allí sobre el altar, de aquel Juez supremo que pronunciará un día la última y definitiva sentencia.
Venerables hermanos, en la santa misa, por tanto, la Iglesia ofrece el apoyo más grande del fundamento de la sociedad humana. Todos los días, desde donde nace el sol hasta donde se pone, sin distinción de pueblos y de naciones, se ofrece una oblación pura (cf. Ml 1,11) en la que participan en íntima fraternidad todos los hijos de la Iglesia esparcidos por el universo, y todos encuentran allí el refugio en sus necesidades y la seguridad en sus peligros.
(Venerable Pío XII. Discurso 20 de febrero de 1946)

No hay comentarios:

Publicar un comentario