Señor, danos el mismo espíritu de hospitalidad que llenó el corazón de San Benito.
|
Que recibamos en nuestras vidas al hermano en la fe, al huésped, al pobre, al peregrino, al visitante y al desconocido, con gran reverencia y honor, porque en ellos te recibimos especialmente.
|
Que salgamos a su encuentro con el máximo respeto, la mayor humildad y la más solícita caridad.
|
Que nos vaciemos de nosotros mismos para acoger el huésped sin tener en cuenta el precio.
|
Que escuchemos a los otros con corazón amplio y respondamos con grandeza.
|
Que acojamos en tu nombre a cada uno que golpea las puertas de nuestra casa y de nuestro corazón.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario