Señor Jesús:
Gracias por las madres que nos has dado.
Los más nobles sentimientos que tenemos,
los sembró en nosotros nuestra madre:
la fe, la honestidad, el amor al trabajo.
En esta hora de retos y desafíos,
las madres necesitan de tu ayuda:
para atender a la casa y al trabajo,
para hacer de padre y madre,
para educar en los valores cristianos,
para defenderse de la tentación,
para no caer en el pecado.
Que la Virgen Madre las llene de fortaleza.
Que la Virgen María siga siendo
modelo de todas las madres.
Que también ellas luchen por la justicia
y que confíen en el Dios de los pobres:
El Dios que quiere pan en todas las mesas
y paz en todos los hogares;
el Dios que destruye el poder corrompido
y protege a los indefensos y humillados.
Señor Jesús:
Ilumina la vida de nuestras madres.
Premia sus desvelos y trabajos.
Da paz a las madres ya difuntas…
Bendice a todos los hogares.
Y que los hijos sean siempre
gloria y corona de las madres. Amén
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