REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

viernes, 2 de enero de 2015

XXV ANIVERSARIO

El 2 de enero de 1990 nacía el Grupo de Oración "Santa María Reina", semilla de la cual florecería años más tarde la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina.
La Santísima Virgen nos hizo ver la necesidad y el deber de responder de forma personal y comunitaria a la llamada que el Vicario de Cristo, San Juan Pablo II, hacía a todos los fieles en su Exhortación Apostólica Christi fideles laici:
"Llegó la hora de emprender una nueva evangelización"... "Es una necesidad urgente poder contar con enviados de Cristo, mensajeros cristianos". 
Y posteriormente también en su Carta Encíclica Redemptoris Missio:
"Como los Apóstoles después de la Ascensión de Cristo, la Iglesia debe reunirse en el Cenáculo con « María, la madre de Jesús » (Act 1, 14), para implorar el Espíritu y obtener fuerza y valor para cumplir el mandato misionero".
Paso a paso, con paciencia y amor maternales, Nuestra Reina y Madre fue infundiendo en nuestros corazones los fundamentos de la espiritualidad que nos invitaba a vivir con especial profundidad:
"Bajo el estandarte de Nuestra Señora y sin otra arma que la Cruz de Cristo, queremos prender el fuego del amor divino por doquier".
"Vivir en profundidad una espiritualidad que nace y se alimenta en:
- El Santo Sacrificio de la Misa:
"El culmen y la fuente de todo el culto y de toda la vida cristiana".
"Ofrézcanse a sí mismos como hostia viva, santa y grata a Dios".
- La contemplación del Misterio de la Cruz:
"Cristo desea que su Cruz se levante en medio de nuestro mundo para que el hombre contemple la salvación de Dios y la acepte en su vida".
- La Confianza incondicional y el amor filial a María:
"Ella es la Madre del Amor y de la Misericordia, escogida para llevar a cabo los designios providentes de Dios".
"Vivir la consagración a Jesucristo por María".
Hoy, al cumplirse el 25º Aniversario de aquella primera oración comunitaria, damos gracias al Señor y a la Virgen Santísima por todas las gracias y dones recibidos a lo largo de este itinerario, y junto con la alabanza y la gratitud elevamos también con profunda humildad y contrición una súplica de perdón por los pecados y por las faltas de correspondencia en las que hayamos caído a lo largo de estos años.
Renovamos nuestra consagración a Jesús por medio de María, al tiempo que renovamos también nuestra confianza y el espíritu del santo abandono en los Sagrados Corazones.
A los solícitos cuidados y a  la maternal intercesión de la Reina y Madre de Misericordia confiamos especialmente a nuestros hermanos y bienhechores difuntos que ya han salido de este mundo.
¡Sagrados Corazones de Jesús y María en Vosotros confiamos!
P. Manuel María de Jesús
Te Deum laudamus:
te Dominum confitemur.
Te aeternum Patrem,
omnis terra veneratur.

Tibi omnes angeli,
tibi caeli et universae potestates:
tibi cherubim et seraphim,
incessabili voce proclamant:

Sanctus, Sanctus, Sanctus
Dominus Deus Sabaoth.
Pleni sunt caeli et terra
maiestatis gloriae tuae.

Te gloriosus Apostolorum chorus,
te prophetarum laudabilis numerus,
te martyrum candidatus laudat exercitus.

Te per orbem terrarum
sancta confitetur Ecclesia,
Patrem immensae maiestatis;
venerandum tuum verum et unicum Filium;
Sanctum quoque Paraclitum Spiritum.

Tu rex gloriae, Christe.
Tu Patris sempiternus es Filius.
Tu, ad liberandum suscepturus hominem,
non horruisti Virginis uterum.

Tu, devicto mortis aculeo,
aperuisti credentibus regna caelorum.
Tu ad dexteram Dei sedes,
in gloria Patris.

Iudex crederis esse venturus.

Te ergo quaesumus, tuis famulis subveni,
quos pretioso sanguine redemisti.
Aeterna fac
cum sanctis tuis in gloria numerari.

Salvum fac populum tuum, Domine,
et benedic hereditati tuae.
Et rege eos,
et extolle illos usque in aeternum.

Per singulos dies benedicimus te;
et laudamus nomen tuum in saeculum,
et in saeculum saeculi.

Dignare, Domine, die isto
sine peccato nos custodire.
Miserere nostri, Domine,
miserere nostri.

Fiat misericordia tua, Domine, super nos,
quem ad modum speravimus in te.
In te, Domine, speravi:
non confundar in aeternum.

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