REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

miércoles, 1 de octubre de 2014

LA VIRGEN DEL SILENCIO



Un filósofo chino ha dicho: “Los americanos no son felices; se ríen demasiado.” Una risa ruidosa es disipación; una sonrisa es comunión. La risa es chillona y sale de fuera del corazón; la sonrisa es tranquila y sale del interior del corazón. ¿Por qué tiene tanto atractivo el ruido en la moderna civilización? Probablemente porque las almas carentes de dicha y desilusionadas tienen necesidad de él para no fijarse en su insatisfacción. Ninguna casucha es tan pequeña ni está tan oscura, tan húmeda ni deteriorada como el interior de un modernista. El bullicio y el ruido externo apartan al alma de la contemplación de las heridas íntimas y retrasan su cicatrización.
Cuanto más nos aproximamos al espíritu, tanto más aumenta el silencio. A cada paso que da la criatura hacia el Creador, disminuyen las palabras. En los comienzos, el amor habla; luego, al profundizar en su abundancia, desaparecen las palabras. Al principio está el Verbo hecho carne; después, el Espíritu, que es demasiado profundo para las palabras. Al principio, el Verbo se “expresa” en Galilea; luego vienen los nueve días de silencioso retiro, en espera de la Pentecostés. Cuanto más profundo es el cariño del marido con la esposa, menos habla él delante de los demás.
Son tontos los que dicen que se quieren porque les gustan las mismas cosas: los paseos de otoño, la música de Wagner, la poesía, los valets o los objetos raros. Estas predilecciones “exteriores” no les servirán para nada si no se quieren entre sí en silencio. El amor aumenta y se despierta con el silencio. La amistad nace con las palabras; el amor proviene del silencio. También tiene el silencio armonías y equilibrio. Se precisan cuando menos dos personas para producir verdadero silencio. En el desacuerdo puede existir silencio, pero no comunidad de paz. El conferenciante que no se ha preparado habla más que el que se preparó. Cuanto más clara es la intuición de la verdad, menor es el número de palabras que se necesitan. En Dios sólo existe una Palabra que resume todo lo que se conoce o debe ser conocido.

La clave del misterio de María, Madre de Jesús, la tenemos en su silencio. Los Evangelios solamente nos recuerdan hablando siete veces a lo largo de los treinta y tres años de íntima convivencia con Su Divino Hijo. Esto desmiente a los que atribuyen locuacidad a la mujer. La Virgen se calló aun en momentos en que creemos que debiera haber hablado. ¿Por qué no descubrió a José cuando pensaba repudiarla que el Niño lo había concebido en el templo de Su Cuerpo por el amor del Espíritu Santo? Tal vez le impulsara a frenar su lengua un sentido de pudor femenino, pero parece más probable que callase por saber que Dios, que había empezado el milagro en ella, aclararía también el misterio.
Es una regla absoluta de santidad no justificarse nunca ante los hombres. El Evangelio nos dice sencillamente que, acusado falsamente ante los jueces, “Jesús callaba.” El Señor nunca contestó a una mentira.
Las siete veces que habla la Virgen pueden llamarse sus “siete palabras,” y son un magnífico paralelo de las siete últimas Palabras pronunciadas por Jesucristo en la Cruz. La primera y la segunda de las palabras de la Virgen se dirigieron a un ángel; la tercera la dirigió a su prima Santa Isabel y es un saludo; la cuarta, su canto, el Magníficat; la quinta y la sexta las dijo a su Divino Hijo en el Templo y en las Bodas de Caná; la última, a los criados camareros. Hay ocasiones en las que esperaríamos alguna palabra de la Virgen; por ejemplo, en el nacimiento del Niño o cuando los Magos le ofrecieron sus regalos. Pasaron doce años entre el Magníficat y el reencuentro con Jesús en el Templo. Y desde este instante, calle de nuevo por espacio de cerca de veinte años. Es muy probable que, por su humildad, pidiera a los evangelistas que hablasen de ella lo menos posible, y corrobora esta hipótesis el hecho de que hable muy poco San Juan, que fue el evangelista que mejor la conoció y al que la confió Jesús para después de Su Muerte.
Cuando el Señor hubo obrado Su primer milagro cambiando el agua en vino, las Sagradas Escrituras no consignan ya ninguna otra palabra de la Virgen, a pesar de aparecer todavía en ministerio público al pie de la Cruz y en la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles el día de Pentecostés.
En cuanto aparece el Sol, ya no es precisa la Luna.
Cuando habla el Verbo, la Virgen no tiene motivo para pronunciar ni una sola sílaba. El Verbo recibe el obsequio del silencio.

¿Y por qué es tan silenciosa la Virgen? ¿Por qué hablamos nosotros tanto de Ella?
¿Por qué es tan callada la Virgen? La respuesta es ésta:
Cuanto más habla uno con el Creador, más taciturno se hace con las criaturas. Esa es la naturaleza del amor.
Hasta en el amor romántico está silencioso el amante cuando tiene junto a sí a la amada. Está entregado al sueño con los ojos abiertos y se pierde entre nostalgias y recuerdos; parece insensible a lo que dicen los demás y no ve lo que hacen; tan arrobado está contemplando a la amada.
Trasladando esto a la vida espiritual, cuando el corazón humano prueba la formidable realidad del amor de Dios, todo lo demás carece de importancia.
San Pablo, arrebatado en éxtasis al tercer cielo, deseó recoger sus tiendas y marchar a estarse siempre con Jesucristo. Uno vez que había escuchado las celestes melodías, no podía ya soportar los ruidos bulliciosos de la tierra.
Pero si el amor engendra silencio, ¡qué silenciosa debía estar la Mujer que, como un sagrario, tuvo durante nueve meses el privilegio de llevar consigo misma al Albergador y Dueño del mundo.
Una madre terrenal mira los ojos de su hijo y ve lo más precioso que existe para ella; ¿y qué vería la Virgen sino el mismo Cielo al contemplar los ojos de Su Niño? Jugaría con las manecitas y los deditos de los que se desprendieron planetas y mundo; vería los labios que repiten el eco de la inmutable sabiduría de la eternidad; acariciaría los piececitos que un día serían taladrados por el hierro a causa del amor a los hombres, y todo esto inspira silencio por temor a perder un gesto o una sílaba.
Después de todo, entre el Criador y la criatura sólo existe el lenguaje del silencio.
Dos emociones dejan a uno sin habla: el miedo y la belleza. El miedo, porque queriendo obrar, no acierta a hablar; la belleza, porque prendado uno de su encanto y no queriendo interrumpir el lenguaje de los ojos, se queda uno enmudecido.
Para la Virgen María, descender de la belleza del Verbo a la trivialidad de las palabras, sería como bajar del aire puro de una montaña a la polvareda de los escombros y de los derribos.
La oración se empieza hablando con Dios, pero termina escuchando a Dios.
Frente a la Verdad absoluta, el silencio es la lengua del alma, pues sólo percibimos una palabra: la Palabra eterna, que es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida.
La Mujer por medio de la que es conocida y comprendida toda otra mujer no era tampoco una señora de pocas palabras; era la Madre del Verbo.
Ante lo maravilloso, la lengua se limita a exclamación o dice: “Me quedo sin habla.” Ante el Eterno, el corazón queda silencioso. Lo bello es una unidad tan colmada, que describirlo con palabras es destruirlo. Por eso es silenciosa María.

Queda por contestar otra pregunta: ¿Por qué ensalzamos tanto a la Virgen? ¿Por qué hay tantos libros escritos sobre Ella? Continuamente estamos enojando a sus enemigos hablando de Ella, lo mismo que enojamos a los enemigos de Su Hijo al hablar de Él.
El silencio provoca alabanzas de los demás. Pero quienes hablan de su “yo,” no ven ensalzados sus méritos por los demás. Al hacerse su autobiografía, se ven privados justamente de una biografía.
El corazón humano desea instintivamente poner palabras en los labios de los que no hablan, del mismo modo que una mamá interpreta las palabras no pronunciadas aún por los labios de su pimpollo. El silencio invita a hablar a los admiradores. El silencio de la selva ha movido a millares de poetas a cantar sus loas. Una rosa encarnada, un niño que está durmiendo, la mirada espiritual de una monja, todo eso inspira alabanzas, deseos y admiración.
La Virgen, que supo callar, ha sido objeto de todos los elogios; todas las generaciones la llaman bienaventurada. Sin embargo, Herodes, que habló con la lengua y con la espada, no ha recibido el elogio de nadie.
¿Han probado alguna vez decir a su madre lo mucho que la quieren? ¿No se han dado cuenta que no encontraban palabras para ello? Tal vez le hayan dicho alguna vez: “Mamá, te quiero mucho,” sin acertar a decir más. Sus labios no han logrado ir al paso del corazón: su cariño era superior a lo que podían manifestar mediante las palabras.
Lo mismo sucede en las cosas del amor; éste se halla tan dentro del corazón, que los labios son una ventanilla demasiado estrecha. Resulta como querer pasar un camello por el ojo de una aguja.
El amor puede compararse también con un ovillo de hilo: se compone de millones de argumentos de amor, como si fueran hilillos; pero si tratamos de deshilvanarlo en palabras, nos encontraremos sin el ovillo de amor. Cuando decimos a nuestra madre que la queremos mucho, notamos que hemos dejado sin expresar nuestro amor tal como lo sentimos. Cuanto más queremos a una persona, mayor es la dificultad con que tropezamos para encontrar palabras con que expresar nuestros afectos. Siempre resultan meros intentos.
Este es el motivo por el que se escriben tantos libros y poesías en loor de nuestra Bendita Madre. Como unos niños, creemos que si a lo que ya se ha dicho añadimos algunas palabras nuestras, habremos dado una prueba de nuestro amor. A mí me sucede que hablo un domingo tras otro por la radio de la Madre del Señor, pero nunca quedo satisfecho. Si la amara más, de la que la amo, no tendría palabras. Tal vez la quieren tanto ustedes, que no tengan palabras con que expresarlo y por eso no habrán escrito ningún libro sobre Ella ni hablado de Ella por la radio. Sin embargo, si mi discurso sobre la Virgen les deja sin hablar, me sentiré dichoso por cooperar al aumento de su amor y los envidiaré que la quieran más que yo.
Me sentiré feliz si les convenzo de que deben unir el silencio a la palabra. Que sus palabras sean oración, y su silencio, meditación. Hablan al rezar el Rosario; escuchan cuando meditan sobre los hermosos misterios de la vida del Señor. ¡En el Rosario, lo mismo que en cualquier otra oración, el oído es más importante que la lengua!
En la cruzada mundial del Rosario por la paz del Mundo, pueden unir ambas cosas. En el Rosario podrán apreciar una combinación de la Palabra con el Silencio, de la Acción y Contemplación, porque tres decenas están dedicadas a los pueblos contemplativos del mundo: las cuentas verdes, para la misiones de África; las azules, para las del Pacífico; las amarillas, para las de Asia. Las otras dos decenas se dedican a los pueblos activos: las cuentas encarnadas, para las misiones de América, y las blancas para las de Europa. Les diré que el Cardenal Fumasoni Biondi, que está al frente de la Obra de Propagación de la Fe y es mi superior inmediato, me ha escrito en estos términos: “Admiro la ingeniosa manera de dar a las personas una conciencia misionera a través de la Cruzada Mundial del Rosario. También la empleo yo.”

Desearía que todos nosotros terminásemos el rezo del santo Rosario por la paz del mundo con la Salve, tal como la cantan los silenciosos Trapenses.
Siempre que rezo esta oración, pienso en los días que pasé predicando un retiro espiritual a los monjes Trapenses del monasterio de Nuestro Señor del Getsemaní, en el Kentucky.
Oficialmente era yo quien predicaba el retiro a los 215 santos varones del monasterio, pero en realidad de verdad, fueron ellos los que me lo predicaron a mí.
Como ya lo sabrán, esos religiosos llevan una vida de silencio y sólo hacen uso de la palabra para orar. Al fin de la jornada, una vez acabadas las siete horas de oración formal, se apagan todas las luces de la Capilla y en esa completa oscuridad empiezan a cantar en latín “Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, Vida, Dulzura y Esperanza nuestra.” En este momento la gran vidriera policroma del fondo de la larga nave, que no se veía con la oscuridad, empieza a iluminarse y a emitir un ligero temblequeo de luces. En el punto en que los santos varones, inspirados por la belleza de la Madre del Salvador, desatan sus lenguas para el canto más vibrante y de mayor emoción de todo el día, comienza a distinguirse la cara de la Santísima Virgen. La luz va difundiéndose por la vidriera y poco a poco se va distinguiendo, clara y hermosa, la Santa Madre con el Niño abrazado a su cuello. La presencia de la Virgen intensifica su necesidad de intercesión, y en la Capilla resuenan las palabras: “A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.” Ya iluminada por completo la vidriera, aparecen todos los santos de la Orden de la Trapa en torno de la Virgen y de Su Divino Hijito.
Identificándose con esta gran familia, continúan los frailes su canto de alegría: “Vuelve a nosotros, abogada nuestra, esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.”
Nadie canta en el mundo como esos trapenses cuando elevan su canto nocturno al Señor y a la Virgen. Hay allí más de doscientos hombres enamorados y todos ellos están enamorados de la misma mujer. Y sin sombra de mutua envidia, con ímpetu sereno, piden un solo favor: que Ella, “con la placentera atracción de sus ojos,” los lleve al Corazón de Su Divino Hijo. Del mismo modo que San Juan Bautista se sobresaltó de gozo en el seno de su madre a la vista de la Virgen, estos monjes, encerrados en el seno oscuro de la contemplación, se sobresaltan de alegría como otros tantos Bautistas en presencia de la Virgen, y sirviéndome de las palabras de ellos, diré que “reciben a Cristo en sus noches con flechas de inteligencia blancas como relámpagos.”
He pedido a todos los trapenses que esta noche ofrezcan su Salve por ustedes y por la paz del mundo mediante la Cruzada Mundial del Rosario, y me han prometido hacerlo a las siete de esta noche.
¡Quisiera que pudieran escucharlos! Pero los escucharán, por su amor, el Corazón Inmaculado de María y el Sagrado Corazón de Jesús.
¡Por el amor de Jesús!
Monseñor Fulton Sheen

lunes, 29 de septiembre de 2014

PARA COMPRENDER LA HORA ACTUAL DE LA IGLESIA



“Dios no ha hecho ni formado nunca más que una sola enemistad, mas ésta irreconciliable, que durará y aumentará incluso hasta el fin, y es entre María, su digna Madre, y el diablo; entre los hijos y servidores de la Santísima Virgen y los hijos y secuaces de Lucifer, de suerte que el más terrible de los enemigos que Dios ha creado contra el demonio es María, a quien dio desde el Paraíso Terrestre, a pesar de que Ella sólo existía entonces en la mente divina, tal odio contra el maldito enemigo de Dios, tanta industria para descubrir la malicia de aquella antigua serpiente, tanta fuerza para vencer, aterrar y aplastar a ese orgulloso impío, que él la teme, no sólo más que a todos los ángeles y hombres, sino hasta en cierto sentido más que al mismo Dios: y esto no porque la ira, el odio y el poder de Dios no sean infinitamente mayores que los de la Santísima Virgen, cuyas perfecciones son limitadas, sino, primero, porque Satanás, a causa de su orgullo, padece infinitamente más al ser vencido y castigado de una pequeña y humilde esclava de Dios, y la humildad de Ésta lo humilla más que el poder divino; segundo, porque Dios ha otorgado a María un poder tan grande contra los diablos, que más temen ellos, según muchas veces han declarado a su pesar por la boca de los posesos, uno solo de los suspiros de María en favor de algún alma, que las oraciones de todos los santos, y una sola amenaza suya contra ellos, más que todos los otros tormentos".
“Lo que Lucifer perdió por orgullo, loa ganó María por humildad; lo que Eva condenó y perdió por desobediencia, lo salvó María por su obediencia. Eva, obedeciendo la voz de la serpiente, perdió consigo a todos sus hijos y los entregó al poder de Satanás. María, conservándose perfectamente fiel a Dios, ha salvado con Ella a todos sus hijos y servidores y los ha consagrado a la Majestad divina".
“Dios no sólo ha creado una enemistad, sino enemistades y no sólo entre María y el demonio, sino entre la descendencia de la Santísima Virgen y la del diablo; es decir, que Dios ha levantado enemistades, antipatías y odios secretos entre los verdaderos hijos y servidores de su Madre y los hijos y esclavos del demonio; por eso no se aman mutuamente ni tienen correspondencia interior unos con otros. Los hijos de Belial, los esclavos de Satanás, los amigos del mundo (pues estos distintos nombres significan una misma cosa), han perseguido incesantemente hasta aquí y perseguirán todavía más que nunca a aquellos y aquellas que pertenezcan a la Santísima Virgen, así como en otro tiempo Caín persiguió a su hermano Abel, y Esaú a su hermano Jacob, que son figuras de los réprobos y de los predestinados. Pero la humildad de María triunfará siempre del orgulloso demonio; y la victoria será tan grande, que llegará hasta aplastarle la cabeza, en donde reside su orgullo. Ella descubrirá siempre su malicia de serpiente, hará manifiestas sus tramas infernales, disipará sus consejos diabólicos y a sus fieles servidores los librará hasta el fin de los tiempos de sus crueles garras".

“Pero el poder de María sobre todos los diablos brillará particularmente en los últimos tiempos, en que Satanás pondrá asechanzas a su talón, es decir, a sus humildes esclavos y a sus pobres hijos, que Ella suscitará para hacerle la guerra. Serán pequeños y pobres, según el mundo, y rebajados ante los otros como el talón, hollados y oprimidos como el talón lo es respecto de los demás miembros del cuerpo; mas, en cambio, serán ricos de las gracias de Dios, que María les distribuirá abundantemente, grandes y exaltados en santidad delante de Dios, superiores a toda criatura por su celo inflamado y tan fuertemente apoyados en el socorro divino, que con la humildad de su talón, en unión de María, aplastarán la cabeza del diablo y harán triunfar a Jesucristo”.
(S. Luis María Grignion de Montfort, Obras Completas, Tratado de la verdadera devoción, Págs. 468–471 o núms. 51 a 53)

PUBLICAN UN TEXTO INÉDITO ESCRITO POR LA HERMANA LUCÍA


Este documento fue incluido en una biografía de Sor Lucía, escrita por las monjas Carmelitas de Coimbra con base en sus cartas y en su Diario espiritual aún inédito. Titulada Un camino bajo la mirada de María, la biografía fue publicada en 2013 por el Carmelo de Coimbra.

La aparición relatada por Lucía ocurrió al comienzo del año 1944, cuando era monja en el convento de las Hermanas Doroteas en Tuy (Galicia). Dos años antes, en diciembre de 1941, ella ya había escrito por orden superior las dos primeras partes del secreto de Fátima (la visión del infierno y los avisos y predicciones de la Virgen), pero dejó pendiente la tercera parte.
El obispo de Leiría —la diócesis de Fátima— la instaba reiteradamente a redactar también ese “tercer secreto”; pero como la Virgen le había mandado guardar reserva, ella se abstuvo de hacerlo. Sin embargo, interiormente su perplejidad era muy grande: estando el mundo en plena II Guerra Mundial, ¿no habría llegado el momento de escribirlo?
En esas circunstancias, hacia las 4 de la tarde del día 3 de enero de 1944 —relata Lucía—, mientras rezaba en la capilla del convento ante el tabernáculo, “pedí a Jesús que me hiciese conocer cuál era su voluntad”, y con el rostro entre las manos esperaba alguna respuesta: “Sentí entonces que una mano amiga, afectuosa y materna, me toca el hombro. Levanto la mirada y veo a la querida Madre del Cielo”.
La Virgen le dice: “«No temas, quiso Dios probar tu obediencia, fe y humildad. Queda en paz y escribe lo que te mandan, pero no aquello que te es dado comprender de su significado»”. Le instruye guardar lo que irá a escribir en un sobre lacrado y anotar por fuera de este «que sólo puede ser abierto en 1960».
Enseguida, prosigue Lucía, “sentí el espíritu inundado por un misterio de luz que es Dios y en Él vi y oí: la punta de la lanza como llama que se desprende, toca el eje de la Tierra. Ella se estremece: montañas, ciudades, villas y aldeas con sus habitantes son sepultadas. El mar, los ríos y las nubes salen de sus límites, desbordándose, inundando y arrastrando en un remolino, casas y gente en un número que no se puede contar, es la purificación del mundo, por el pecado en el cual está inmerso. – ¡El odio, la ambición, provocan la guerra destructora!
“– Después sentí  en el palpitar acelerado del corazón y en mi espíritu el eco de una voz suave que decía: ‘En el tiempo, una sola fe, un solo bautismo, una sola Iglesia, Santa, Católica, Apostólica – En la eternidad, ¡el Cielo!’
“Esta palabra ‘Cielo’ llenó mi corazón de paz y felicidad, de tal forma que, casi sin darme cuenta, me quedé repitiendo por mucho tiempo: ’el Cielo, el Cielo’”.

Alentada por estas maravillosas palabras finales, Sor Lucía cobró fuerzas para escribir el Tercer Secreto, tal como la Virgen le había ordenado: “Apenas pasó la mayor fuerza de lo sobrenatural, fui a escribir y lo hice sin dificultad, el día 3 de enero de 1944, de rodillas apoyada sobre la cama que me sirvió de mesa. Ave María”. Así concluye el relato manuscrito de la visión.

jueves, 18 de septiembre de 2014

EXILIO EN MALTA PARA EL CARDENAL BURKE



CIUDAD DEL VATICANO, 17 de setiembre de 2014 –  La “revolución” del papa Francisco en el gobierno eclesiástico no pierde su empuje propulsor. Y así, como acontece en toda revolución que se precia de tal, siguen cayendo cabezas de eclesiásticos considerados merecedores de esta metafórica guillotina.

En sus primeros meses como obispo de Roma, el papa Bergoglio procedió rápidamente para transferir a cargos de menor rango a tres destacadas personalidades curiales: el cardenal Mauro Piacenza, el arzobispo Guido Pozzo y el obispo Giuseppe Sciacca, considerados por su sensibilidad teológica y litúrgica entre los más “ratzingerianos” de la curia romana.

También parece signada la suerte del arzobispo español Celso Morga Iruzubieta, miembro del Opus Dei y secretario de la Congregación para el Clero, destinado a dejar Roma por una diócesis ibérica que no es de primer nivel.

Pero ahora estaría por producirse una decapitación todavía más notable.

La próxima víctima sería efectivamente el purpurado estadounidense Raymond Leo Burke, quien de prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica no sería promovido – como fantasearon algunos en el mundo web – a la difícil pero prestigiosa sede de Chicago, sino que sería degradado al pomposo – pero eclesiásticamente modestísimo – título de “cardenal patrono” de la Soberana Orden Militar de Malta, reemplazando al actual titular Paolo Sardi, quien hace poco cumplió 80 años de edad.

Si se confirma, el exilio de Burke sería todavía más drástico que el impuesto al cardenal Piacenza, quien ha sido transferido de la importante Congregación para el Clero a la marginal Penitenciaría Apostólica, aunque de todos modos ha permanecido a la cabeza de un dicasterio curial.

Con el desplazamiento en ciernes, Burke sería desplazado totalmente de la curia y colocado en un cargo puramente honorífico y sin ninguna incidencia en el gobierno de la Iglesia universal.

Este sería un movimiento que no parece tener precedentes.

En efecto, en el pasado el título de “cardinalis patronus” de los Caballeros de Malta, en vigor desde 1961, así como el anterior de Gran Prior de Roma, ha sido asignado siempre a cardenales de primer o primerísimo plano como un cargo superior respecto al principal.

Sucedió así con los cardenales Mariano Rampolla del Tindaro (nombrado Gran Prior en 1896, pero permaneciendo como secretario de Estado), Gaetano Bisleti (en ese momento prefecto de la Congregación para la Educación Católica), Gennaro Granito Pignatelli (cardenal decano y obispo de Albano), Nicola Canali (gobernador de la Ciudad del Vaticano), Paolo Giobbe (en la conducción de la dataría apostólica), Paul-Pierre Philippe (también prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales hasta que cumplió 75 años de edad), Sebastiano Baggio (removido de la Congregación para los Obispos pero mantenido como gobernador de la Ciudad del Vaticano y camarlengo), Pio Laghi (hasta los 77 años de edad también prefecto de la Congregación para la Educación Católica).

Dos casos distintos ha sido los del cardenal Giacomo Violardo, quien dos meses después de haber recibido la púrpura al término de un largo servicio curial, a los 71 años de edad reemplazó como patrono al octogésimo nono Giobbe, y del saliente Sardi, nombrado a los 75 años pro-patrono en el 2009 y creado cardenal en el 2010, luego de haber sido durante muchos años el responsable de la oficina que redacta los documentos pontificios.

Además, la jubilación de Sardi no sería una acción obligada, dado que para los cargos extracuriales no vale el límite de los 80 años de edad. En efecto, con la excepción de Paolo Giobbe, todos los cardenales patronos arriba citados pasaron a mejor vida “durante munere”.

Burke tiene 66 años, es decir, está en la plenitud de la edad. Ordenado sacerdote por Pablo VI en 1975, trabajó en la Signatura Apostólica como simple sacerdote con Juan Pablo II, quien en 1993 lo hizo obispo de su diócesis natal de LaCrosse, en Wisconsin. También el papa Karol Wojtyla lo promovió en el 2003 como arzobispo en la prestigiosa sede, alguna vez cardenalicia, de St. Louis, en Missouri. Benedetto XVI lo llamó a Roma en el 2008 y lo creó cardenal en el 2010.

Personalidad muy piadosa, se reconoce también en él la rara virtud de no haber negociado jamás para obtener promociones o prebendas eclesiásticas.

En el campo litúrgico y teológico está muy próximo a la sensibilidad de Joseph Ratzinger. Ha celebrado muchas veces según el rito antiguo, revestido también con la “capa magna”, como por otra parte lo siguen haciendo también los cardenales George Pell y Antonio Cañizares Llovera, sin que por esto hayan sido castigados por el papa Francisco.

Gran experto en Derecho Canónico, por eso mismo nombrado en la Signatura Apostólica, no teme extraer las consecuencias más incómodas, como cuando a tono con los artículos del Código – precisamente el 915 – sostuvo la imposibilidad de dar la comunión a los políticos que pertinaz y públicamente reivindican el derecho al aborto, razón por la cual se ha ganado la recriminación de dos colegas estadounidenses valorados por el papa Francisco: Sean Patrick, de Boston, y Donald Wuerl, de Washington.

Libre en sus juicios, ha sido uno de los pocos que desarrolló anotaciones críticas sobre la "Evangelii gaudium", señalando, a juicio suyo, su valor programático pero no magisterial. Y en vista del próximo sínodo de los obispos reiteradamente ha tomado posición contra las tesis del cardenal Walter Kasper – notoriamente agraciado por el papa Francisco – favorables a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar. 

El dicasterio presidido por Burke, eminentemente técnico, ha aceptado recientemente un recurso de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada contra una medida tomada respecto a ellas por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apóstolica. Un valiente movimiento a contramano por parte de Burke, que se sitúa en el interior de la acción punitiva emprendida por la Congregación vaticana contra una de las realidades más emblemáticas del tradicionalismo católico, acción que el papa Francisco ha avalado aprobando en forma específica la decisión de la Congregación de impedir a los frailes de la Inmaculada la celebración de la Misa según el rito “tridentino”. Efectivamente, sólo con este tipo de aprobación pontificia un decreto de la curia puede contradecir la ley vigente y, en este caso específico, el motu proprio "Summorum pontificum", de Benedicto XVI.

Es difícil individualizar entre estos antecedentes a los que pueden haber influido en la suerte del cardenal Burke.

Pero es fácil prever que esta degradación definitiva provocará tanto una tumultuosa reacción en el mundo tradicionalista, donde Burke es considerado un héroe, como una oleada de júbilo en el mundo opuesto, donde por el contrario es considerado un esperpento. 

Respecto a esta segunda vertiente se puede recordar que el comentarista católico "liberal" Michael Sean Winters, en el "National Catholic Reporter" del 26 de noviembre de 2013, había pedido la cabeza del cardenal Burke, en cuanto miembro de la Congregación para los Obispos, por la nefasta influencia, según su criterio, que él ejercía sobre los nombramientos episcopales en Estados Unidos. 

En efecto, el 16 de diciembre el papa Francisco humilló a Burke eliminándolo de los miembros de la Congregación, entre los hosannas del catolicismo "liberal" no sólo estadounidense.

Por cierto, el Papa no lo hizo para obedecer a los deseos del "National Catholic Reporter".

Pero ahora parece justamente que está a punto de dar curso a la segunda y más grave degradación de una de las personalidades más ejemplares que conoce la curia vaticana.
Sandro Magister
Fuente: http://chiesa.espresso.repubblica.it/

martes, 16 de septiembre de 2014

UN GRITO DESGARRADOR DESDE IRAK


Las Hermanas Dominicas, presentes en Irak, envían una carta abierta en la que piden al mundo que no vuelva la espalda a las atrocidades que se están cometiendo en el país árabe.
Continuamos compartiendo nuestra lucha diaria con ustedes con la esperanza de que nuestro grito pueda ser escuchado en todo el mundo.
Somos como el hombre ciego de Jericó (Mc 10, 46-52), el cual no tenía más que su voz para implorar misericordia a Jesús. Aunque algunas personas lo ignorasen otras lo escucharon y lo ayudaron. ¡Nosotras contamos con personas que nos escuchen!
Estamos comenzando la tercera semana de desplazamientos. Las cosas se mueven muy lentamente en cuanto a lo que se refiere a proporcionar refugio, alimentos y necesidades básicas para las personas. Todavía hay gente que vive en las calles. Todavía no hay campamentos organizados fuera de las escuelas que se utilizan como centros de refugiados. Un edificio de tres plantas aún sin acabar también ha sido utilizado como refugio. Para salvaguardar su privacidad en este edificio inacabado las familias han dividido los espacios en habitaciones utilizando láminas de plástico. Estos lugares parecen establos. Todos nos hacemos la misma pregunta: ¿hay algún tipo de final a la vista? Apreciamos todos los esfuerzos que se han hecho para proporcionar ayuda a las personas desplazadas; sin embargo, han de tener en cuenta que el suministro de alimentos no es la única necesidad esencial que se requiere. Nuestro caso es mucho más grande. Estamos hablando de dos minorías (cristianos y mazdeístas) que han perdido sus tierras, sus hogares, sus pertenencias, su trabajo, su dinero, algunos se han visto separados de sus familias y sus seres queridos y todos están perseguidos a causa de su religión.
Los líderes de nuestra Iglesia están actuando lo mejor que pueden para resolver el problema. Se han reunido con los dirigentes políticos y con los presidentes de Irak y Kurdistán; pero las iniciativas y acciones llevadas a cabo son lentas y modestas. En realidad todas las reuniones políticas han concluido en nada. Hasta ahora no se ha llegado a ninguna solución con respecto a la situación de las minorías desplazadas. Por esta razón la confianza en los líderes políticos se ha perdido completamente. La gente ya no puede aguantar más. Es demasiado pesada la carga. Ayer un joven expresó que prefería morir a vivir sin dignidad. Las personas sienten que han sido despojadas de toda dignidad. Estamos siendo perseguidos a causa de nuestra religión. Ninguno de nosotros podía haber pensado que íbamos a vivir en campos de refugiados a causa de nuestra religión.
Es difícil creer que esto pueda suceder en el siglo XXI. Nos preguntamos qué es lo que está sucediendo exactamente: ¿es otro plan o acuerdo para dividir Irak? Si eso es cierto, ¿por quién y por qué? ¿por qué los problemas que hubo en 1916 para dividir Oriente Medio se están repitiendo ahora? En esos momentos se trataba de una cuestión política y personas inocentes pagaron por ello. Es evidente que ahora hay gente astuta y culpable de la división de Irak. En 1916 perdimos a seis hermanas, muchos cristianos murieron y muchos fueron dispersados: ¿es circunstancial la situación de división que ahora afrontamos o es deliberada?
Sin embargo, la lucha no sólo se lleva a cabo en los campos de refugiados. Lo que ha ocurrido en los pueblos cristianos que han sido evacuados es incluso peor. El Estado Islámico forzó a los cristianos a abandonar sus casas antes de la noche del 6 de agosto. Ayer setenta y dos personas fueron expulsadas de Karakosh.
Sin embargo, no todos llegaron. Los que llegaron ayer por la noche se encontraban en unas condiciones miserables. Tuvieron que cruzar el rio Al-Khavi (un afluente del Gran Zab) a nado porque el puente había sido destruido. Todavía quedan algunos a la otra orilla del río. No sabemos cuando van a llegar a Erbil. Ello depende de la situación y negociaciones entre el Pershmerga y el Estado Islámico. Un grupo de personas fueron a buscar a los ancianos y a los que no podían caminar. Una de nuestras hermanas fue para traer a sus padres y le contaron lo sucedido. Otra mujer nos relató que la habían separado de su marido y sus hijos y que no sabía nada de ellos, probablemente son algunos de los que quedan a la otra orilla; o también pueden estar entre los rehenes capturados por el Estado Islámico. Una hija de tres años fue arrebatada de las rodillas de su madre y tampoco se sabe nada de ella. No sabemos por qué el Estado Islámico está enviando gente a Karakosh, pero hemos estado oyendo de boca de aquellos que han ido llegando que el Estado Islámico está introduciendo barriles de contenido desconocido en la ciudad.
Además conocemos el caso de cuatro familias Cristianas que están atrapadas en Sinjar desde hace tres semanas. Probablemente se estén quedando sin comida y sin agua. Si no reciben ayuda pronto morirán allí. Actualmente no tenemos contacto con ellos y no hay forma de negociar con el Estado Islámico.
Por lo que concierne a nuestra comunidad sabemos que nuestro convento de Tel Kaif está siendo utilizado como sede del Estado Islámico. También sabemos que han ocupado nuestro convento de Karakosh. Los que han llegado recientemente nos han dicho que las santas imágenes, los iconos y todas las estatuas están siendo destruidas. Las cruces han sido derribadas de los tejados de las iglesias y han sido reemplazadas por las banderas del Estado Islámico. Esto no sólo ha sucedido en Karakosh y Tel Kaif. En Baqofa una de nuestras hermanas habían escuchado que la situación estaba calmada. Volvió con un pequeño grupo de personas a buscar su medicina. Cuando llegaron encontraron el convento registrado y todo tirado por las habitaciones. En el momento en que entraron al convento tres bombas impactaron contra la ciudad. Salieron inmediatamente.
Aparte de lo que está sucediendo con los cristianos sabemos que ayer, viernes día 22, un fanático suicida Chiíta y hombres armados atacaron la mezquita Suní de Abu Musab situada en un pueblo bajo el control del gobierno de Irak en la provincia de Diyala, dejando sesenta y ocho muertos. Es desgarrador oír hablar de gente que muere asesinada mientras reza. Por lo que respecta a los medios de comunicación, podemos afirmar que está masacre eclipsó lo que está pasando con los cristianos en la llanura de Nínive. Tenemos miedo de que nuestra lucha se convierta en una cuestión privada y escondida y que no vaya a tener impacto en el mundo nunca más.
Por último, tenemos que decir que la gente está perdiendo la paciencia. Han perdido todo lo que tenían en sus lugares de origen: iglesias, campanas de las iglesias, barrios y vecinos. Es desgarrador para ellos escuchar que sus hogares han sido saqueados. Aunque amán sus lugares de origen la mayoría de ellos están pensando en abandonar el país para poder vivir con dignidad y encontrar un futuro para sus hijos. Es difícil tener esperanza en Irak o confiar en los líderes políticos.
Por favor, manténganos presentes en sus oraciones.
Hermana María Hanna OP.
Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena-Irak

lunes, 15 de septiembre de 2014

EVANGELIZANDO A TRAVÉS DEL DOLOR


*Tarjeta enviada por una persona para nosotros desconocida a la Madre María Elvira de la Santa Cruz (+ 2006) con motivo de una de sus estancias como paciente ingresada en el Hospital.

PARA UN ALMA SELECTA
Antes de que dejes este Hospital, en el que has pasado días “duros”, nos ha dejado un “interrogante”, que en nuestra profesión nos viene muy bien: tu silencio…tu sonrisa de paz en los momentos más álgidos de dolor. Nos has dejado una huella que creo la recordarán quienes más cercanas estuvieron a ti. Yo no tuve esa suerte.
Yo sólo la alegría de conocerte y de unirme a tu silencio y oración.

Me da mucho gozo el encontrar almas que dejan huella. Gracias.

jueves, 11 de septiembre de 2014

PADRE PÍO NOS ENSEÑA COMO AFRONTAR EL SUFRIMIENTO




1.-  "Si puedes hablar al Señor en la oración, háblale, ofrécele tu alabanza; si por mucho cansancio no puedes hablar, no te disgustes en los caminos del Señor. Detenté en la habitación como los servidores en la corte y hazle reverencia. El te verá, le gustará tu presencia, favorecerá tu silencio y en otro momento encontrarás consuelo cuando él te tome de la mano”.


2.- "Cuanta más amargura tengas, más amor recibirás”.

3.- "Jesús quiere llenar todo tu Corazón”.

4.- "Dios quiere que vuestra incapacidad sea la sede de su omnipotencia”.

5. - "La fe es la antorcha que guía los pasos de los espíritus desolados".

6.- "En el tumulto de las pasiones y de las vicisitudes adversas nos sostenga la grata esperanza de lainagotable misericordia de Dios”.

7.- "Ponga toda la confianza sólo en Dios”.

8.- "El mejor consuelo es el que viene de la oración”.

9.- "No temas por nada. Al contrario, considérate muy afortunado por haber sido hecho digno yparticipe de los dolores del Hombre-Dios”.

10.- "Dios os deja en esas tinieblas para su gloria; aquí está la gran oportunidad de vuestro progreso espiritual”.

11.- "Las tinieblas que a veces oscurecen el cielo de vuestras almas son luz: por ellas, cuando llegan, os creéis en la oscuridad y tenéis la impresión de encontraros en medio de un zarzal ardiendo. En efecto, cuando las zarzas arden, todo alrededor es una nubarrada y el espíritu desorientado teme no ver ni comprender ya nada. Pero entonces Dios habla y se hace presente al alma, que vislumbra, entiende, ama y tiembla”.

12.- "Jesús mío, es el amor que me sostiene”.

13.- "La felicidad sólo se encuentra en el cielo”.

14.- "Cuando os veáis despreciados, haced como el Martín Pescador que construye su nido en los mástiles de las naves es decir, levantaos de la tierra, elevaos con el pensamiento y con el corazón hacia Dios, que es el único que os puede consolar y daros fuerza para sobrellevar santamente la prueba”.

15.- "Ten por cierto que cuanto más crecen los asaltos del demonio tanto más cerca del alma está Dios".

16.- "Bendice el Señor por el sufrimiento y acepta beber el cáliz de Getsemani”.

17.- "Sé capaz de soportar las amarguras durante toda tu vida para poder participar de los sufrimientos de Cristo”.

18.- "El sufrimiento soportado cristianamente es la condición que Dios, autor de todas las gracias y de todos los dones que conducen a la salvación, ha establecido para concedernos la gloria”.

19.- "Recuerda que no se vence en la batalla si no es por la oración; a ti te corresponde la elección”.

20.- "La oración es la mejor arma que tenemos; es una llave que abre el corazón de Dios”.