Carta del Presidente de Una Voce
Carta del Presidente de la Federación Internacional Una Voce a nuestros miembros y amigos.
Oremos por el Papa Francisco
Estimados miembros de la Fœderatio Internationalis Una Voce.
Un tiempo de tristeza y de luchas viene sobre nosotros; esto no es ni el primero ni el último. Pero, no tengamos miedo; todos sabemos que hemos elegido el camino estrecho y difícil porque estamos seguros de que la misa tradicional recuperará su lugar en el centro de la Iglesia cuando Dios lo quiera.
Vivimos en un momento en el que la Iglesia está probada y estamos acostumbrados a luchar, somos viejos amigos de la incomprensión, pero en cada momento de decepción, la luz y la esperanza que necesitábamos han venido de la Misa.
Todos estos años, hemos sido el último eslabón de la cadena de potencias mundanas. Nunca hemos tenido el poder de imponer cargas, restricciones o solicitudes indignantes a nadie. No podemos forzar a ningún sacerdote o obispo a hacer nada. Incluso cuando las disposiciones de la Iglesia reconocieron los derechos de los fieles a acceder al tesoro sagrado de la Misa Tradicional, frecuentemente estaba obstruido y bloqueado. En otras palabras, no es un secreto que hemos estado en lo periférico de la Iglesia.
El Motu patrio Traditionis Custodes representa un nuevo intento de prohibir el acceso al viejo Misal e inequívocamente reiniciará una nueva confrontación dentro de la Iglesia. Una confrontación que debido al Motu Proprio Summorum Pontificum de Su Santidad Benedicto VXI se estaba superando lentamente. No olvidemos que esta batalla no es causada sólo por razones prácticas o incluso políticas, pero claramente, hay una motivación espiritual detrás de ella. Oremos por el Padre Santo y por todos los Obispos a quienes debimos obediencia, respeto y amor.
Debemos preguntarnos por qué Dios permite la humillación y el mal. No tengo la respuesta, pero tal vez Él quiere que perseveremos con más fe y coraje. Algún día Cristo reinará sobre todo el mundo, pero la Iglesia sufrirá su camino a la cruz antes de eso. ¿Queremos ser espectadores, o queremos compartir nuestros hombros?
Para enfrentar las nuevas circunstancias, tenemos que hacer visible la unidad entre nosotros y con la Iglesia, no somos el tipo de rebeldes que algunos quieren que seamos. Trabajaremos más duro y hablaremos más fuerte sobre las razones por las que no nos rendiremos. Necesitamos ser prudentes y encantadores cuidar de nuestra Madre la Iglesia. Necesitamos orar, perseverar, hablar y no perder la esperanza.
Ahora más que nunca, por las humildes personas apegadas a la Tradicional Misa que no tienen voz, por nuestros hijos, por las próximas generaciones; recordemos y unamos las oraciones de los Cristeros que dieron sus vidas cuando fueron prohibidas asistir a su Misa. Se vienen días difíciles, preparemos nuestros corazones para ellos.
¡Viva Cristo Rey!
Felipe Alanís Suarez
Presidente Fœderatio Internationalis Una Voce
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