La siguiente Oración contiene una perfecta explicación del simbolismo de la ceremonia de hoy. A semejanza de lo que hicieron las turbas que con palmas salieron al encuentro al triunfador de la muerte y del infierno, Dios nos hace hoy una entrega anticipada de la palma para estimularnos a luchar con denuedo por conseguir, al encontrarnos en los umbrales de la eternidad, otra palma que nunca se marchite, sino que permanezca por siempre fresca y lozana:
"Oh Dios que ordenando
todas las cosas de un modo admirable, quisiste darnos a conocer, hasta por las
criaturas insensibles, la salvación que de tu liberalidad nos proviene: te
imploramos la gracia de que los corazones de tus fieles se compenetren del significado
místico del acto realizado en este día por aquellas turbas que, ilustradas por
la luz de lo alto, salieron al encuentro al Redentor alfombrándole el paso con
ramos de palma y de olivo; puesto que los ramos de palma previenen a los
triunfos que han de seguirse sobre el príncipe de la muerte, y los retoños de
olivo anuncian como a gritos que ya ha llegado una especie de unción
espiritual. Ya entonces aquella turba dichosa en ella prefiguraba cómo nuestro
Redentor, compadeciéndose de las miserias humanas, había de luchar con el
príncipe de la muerte del cual triunfaría muriendo; por eso le obsequió con
tales símbolos para significar a la vez los triunfos de su victoria y la
abundancia de su misericordia. Así pues, conservando con fe viva también nosotros
aquel hecho y su significado, te rogamos, oh Señor Santo, Padre todopoderoso,
eterno Dios, por el mismo nuestro Señor Jesucristo, nos concedas la gracia de
merecer que algún día participemos de su gloriosa resurrección, después de
haber obtenido la victoria sobre el imperio de la muerte en Aquel y por Aquel
de quien te has dignado hacernos miembros. Que contigo vive y reina por los
siglos de los siglos".
* Beato Cardenal Ildefonso Schuster
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