LA FILIACIÓN DIVINA
Les dio poder de ser
hechos hijos de Dios (Jn 1, 12).Los hombres llegan a ser hijos de Dios por
asimilación a Él, y por lo tanto son hijos de Dios por una triple
asimilación.
1º) Por la infusión de la gracia; por lo cual, todo el que posee la
gracia santificante se convierte en hijo de Dios: Y por cuanto vosotros sois
hijos, ha enviado Dios a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo (Gal 4,
6).
2º) Nos asimilarnos a Dios por la perfección de las obras, porque quien hace
obras de justicia es hijo, como dice el Evangelio: Amad a vuestros enemigos... para que seáis hijos de vuestro
Padre que está en los cielos (Mt 5,
44-45).
3º) También nos asimilamos a Dios alcanzando la
gloria; y en cuanto
al alma por
el lumen gloriae: Cuando él apareciere, seremos
semejantes a él (1 Jn 3, 2); y en cuanto al cuerpo: reformará nues-tro cuerpo
abatido (Filp 3, 21). Por lo cual de estos dos modos se dice en la Epístola a
los Romanos: Esperando la adopción de hijos de Dios (8, 23).Mas si por
el poder de
hacerse hijos de
Dios se entiende la perfección de las obras y la consecución de la gloria, no existe dificultad
alguna, pues cuando dice: Les dio poder (Jn 1, 12), se entiende del poder de la
gracia, por la cual el hombre puede hacer obras de perfección y alcanzar la
gloria. Pero si se entiende de la infusión de la gracia, les dio poder de ser hechos hijos de Dios,
porque les concedió el poder de recibir la gracia, y esto de dos maneras:
1º)
Preparando la gracia y ofreciéndola a los
hombres; así como se dice que hace un libro y lo ofrece a uno para que
lo lea, que le da a éste la facultad de leer.
2º) Moviendo el libre albedrío del
hombre para que consienta en recibir la gracia. Por eso dice Jeremías:
Vuélvenos, Señor, a ti (moviendo nuestra voluntad a amarte), y nos volveremos (Lam
5, 21). Y esto se llama moción interior,
de la cual dice San Pablo (Rom
8, 30): Y a los
que llamó (excitando interiormente la voluntad a consentir a la gracia), a
éstos también justificó infundiéndoles la gracia. Mas como por esta gracia el
hombre tiene poder de conservarse en la filiación divina, se puede decir en
otro sentido: Les dio, es decir, a los que le reciben, el poder de hacerse
hijos de Dios, es decir, por la gracia, mediante la cual pueden, conservarse en
la filiación divina. El mismo Evangelista dice en otro lugar: Todo aquel que
es nacido de Dios no hace pecado, sino que la gracia de Dios (por la cual somos
regenerados, como hijos de Dios) lo conserva (I Jn 3, 9).Así, pues, les dio poder de ser hechos hijos de
Dios, por la gracia santificante, por la
perfección de las obras, por la obtención de la gloria; todo esto preparando,
actuando y conservando la gracia.
Santo Tomás de Aquino
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