REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

miércoles, 25 de abril de 2018

PASTORES DABO VOBIS

"Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia"
 (Jer 3, 15)
Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños.
(Act 2, 17)
En esta semana del Buen Pastor la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina no quiere permanecer muda ni ajena a la situación dramática,  que no trágica, por la que está pasando el Cuerpo Místico de Cristo en la parte que afecta a la Iglesia militante.
Decimos dramática, porque es cruelmente dolorosa y martirial en todos los aspectos, como lo fue la Pasión y la Muerte de Aquél que es la Cabeza del Cuerpo Místico, nuestro Señor Jesucristo.
Asistimos atónitos a la hora amarga de la traición y de la entrega de la Iglesia en manos de los enemigos. 
Asistimos con el corazón encogido por el escándalo a la venta al Poder oscuro de este mundo del Cuerpo Místico de Cristo por treinta míseras y asquerosas monedas de plata.
Asistimos estupefactos e incrédulos a la hora del poder y de las tinieblas del  Príncipe de este mundo, que se encarniza con el frágil rebaño de nuestro Señor Jesucristo.
Asistimos a la terrible hora en que el Apóstol, elegido con amor Divino, convertido en demonio por su soberbia, orgullo y arrogancia, entrega a su Maestro con un beso traidor; beso infernal.
¡Hora dramática, pero no trágica! Porque era necesario que el Cristo padeciera para entrar en su gloria, y es necesario que la Iglesia padezca para compartir la gloria de su Místico Esposo.
La deslealtad y la traición se expanden por la Iglesia entera, como una mancha de aceite que se extiende por la inmensidad de los océanos, hasta ser llevada por la fuerza de la olas hasta las orillas de las costas.
Mancha venenosa y mortífera que a su paso va sembrando contaminación y muerte, en este caso de innumerables almas, que entre espasmos unas, y  de muerte dulce otras, se verán privadas para siempre de la felicidad eterna.
En esta semana del Buen Pastor queremos agradecer, pedir al cielo por ellos y animar a todos los buenos Pastores que en medio de la calamidad en la que se ven inmersos, en medio de una soledad mortal, sufriendo cada día la persecución y el aislamiento de los traidores,  permanecen fieles en sus puestos guiando a las almas, confiados únicamente en la fuerza que reciben del Buen Pastor y de la Divina Pastora, asidos a la firme esperanza de que "portae inferi non praevalebunt".
Nunca las promesas del Señor dejarán de cumplirse, y también hoy en medio del caos nefasto que nos rodea el Señor sigue dando a su Iglesia pastores según su corazón, que apacientan a las almas con  ciencia e inteligencia. Con la ciencia divina de quienes siguiendo la estela que a lo largo de dos mil años han dejado los buenos, fieles y santos pastores, predican hoy  "a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados -sean judíos o griegos-, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios» (1Cor. 1,22-23)
Gracias, en nombre de Cristo y de las almas, a todos los verdaderos y fieles sacerdotes que no ceden a la tentación de convertirse en lobos para el rebaño, envenenándolo con los contaminados pastos de las falsas doctrinas, porque guiados por la Palabra del Señor bien saben ellos que "vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos;  y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a las fábulas"( 2 Tim 4, 3-4)
Gracias, en nombre de Cristo y de las almas, a todos los verdaderos y fieles sacerdotes que no ceden a la tentación de  suplantar al Único y Verdadero Pastor de nuestras almas, y no se sirven de su ministerio para apropiarse del rebaño, guiándolo engañosamente conforme a sus gustos y caprichos, conforme a su afán enfermizo de novedades, pues sólo transmiten lo que han recibido del Señor a través de la enseñanza  de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana en su Magisterio infalible, constante y siempre el mismo, sin la menor sombra de contradicción a lo largo de dos mil años, desde la Resurrección del Señor y de la predicación Apostólica hasta nuestros días y hasta el fin de los siglos. Esos buenos y fieles Pastores cuya inteligencia no se nutre sino en la Palabra de Dios, en la Sagrada Tradición, en el Magisterio infalible y en la Sagrada Liturgia no adulterada por los traidores modernistas, que conforme a la denuncia profética del Papa San Pío X en su Encíclica Pascendi han inoculado - y continúan inoculando- su pestilente y mortífero veneno en las venas mismas del Cuerpo Místico de Cristo.
Rogamos al Señor por los buenos y fieles pastores de la Iglesia para que no se rindan en esta hora oscura y no abandonen al rebaño confiado por el Buen Pastor. Que no se unan a los lobos, que no dejen de gritar ante la amenaza de las fieras, uniéndose a los sentimientos y siguiendo los ejemplos de Santa Catalina de Siena: «¡Ay de mí! ¡Basta de callar! Veo que por callar el mundo está podrido, la Esposa de Cristo ha perdido su color, porque hay quien chupa su sangre, que es la sangre de Cristo que, dada gratuitamente, es robada por la soberbia, negando el honor debido a Dios y dándoselo a sí mismos».
Este es el tiempo en que por tantos pastores que se han vuelto lobos el Señor actúa con fuerza y nos  dice: "Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños" (Act 2, 17).
No podemos dejar de implorar al Señor por todos aquellos seglares conscientes de su vocación, de su responsabilidad en la Iglesia y de las obligaciones que emanan de su condición de bautizados, y que ante la traición de muchos pastores luchan incansablemente en la defensa del Cuerpo Místico en la hora presente.
También ellos, conforme a sus posibilidades y a su propio estado, "pastorean" a sus hijos para apartarlos de una falsa fe, por adulterada y no conforme con la enseñanza bimilenaria de la Santa Iglesia. Procuran acercar a sus familiares, amigos, y a aquellos entre los que ejercen su apostolado hacia los sacerdotes, parroquias y asociaciones apostólicas que permanecen fieles, alejándolos de la jauría de mastines y de los jabalíes que destrozan la viña del Señor.
Rogamos al Señor, Buen Pastor, Dueño de la mies y de los sembrados, que todos nos convirtamos a Él. Puesto que todos somos pecadores estamos necesitados de su perdón y de su misericordia.
Que cese ya la traición y la deslealtad en nuestros corazones para que el rebaño del Señor pueda ser apacentado conforme al Corazón y a las entrañas misericordiosas de Cristo Jesús.
Que no infrinjamos más daño al Cuerpo Místico de Cristo, para que las ovejas que todavía no son de su redil puedan entrar en él y gozar de la dulzura y de los cuidados del Buen Pastor.
Que por la intercesión de la Virgen Santísima el Señor acelere la hora en que en el mundo haya un sólo rebaño bajo el el cayado del Único Pastor, Jesucristo Señor Nuestro.
Hagamos nuestra la bellísima oración de la Reina Católica de España, Isabel de Castilla, también ella víctima en nuestros días en el seno de la misma Iglesia de algunos que albergan en sus corazones un odio incomprensible hacia la labor evangelizadora de España y hacia todo lo que suene a genuinamente católico, al tiempo que siempre están dispuestos a tolerar, comprender e incluso asumir todo lo anticatólico. Si no que se lo pregunten a algún miembro de la Mafia de San Gallen que desde Bélgica ha hecho todo lo posible y lo imposible para frustrar la beatificación de nuestra reina católica y santa.
Tengo miedo, Señor,
de tener miedo
y no saber luchar.
Tengo miedo, Señor,
de tener miedo
y poderte negar.
Yo te pido, Señor,
que en Tu grandeza
no te olvides de mí;
y me des con Tu amor
la fortaleza
para morir por Ti.
P. Manuel María de Jesús F.F.

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