Oh, Amantísima Pastora
que a las almas apacientas,
mira que estamos sedientas
las ovejas de tu amor.
Por ser Tú, Madre querida,
la Madre del Redentor,
de Tí, Pastora Divina,
esperamos el perdón.
Virgen. Madre de Dios Hombre,
flor de los cielos galana,
dulce hechizo de Triana ,
bríndanos Tu protección.
Danos la Divina Gracia
que del alma es la bebida,
dánosla, Madre querida,
que en Tí la ha puesto el Señor .
Eres bellísima Virgen,
emperatriz de los cielos
a quien con todo anhelo
te pedimos con fervor.
Con tu protección, María,
de entusiasmo el alma llena
romperá la vil cadena
del infernal opresor.
Eres la flor más hermosa
del pensil del alto cielo
dicha, bálsamo y consuelo
para el pobre pecador.
Con Tu virginal perfume
a los campos Tú perfumas
y Eres Tú la flor más pura
que en valle se creó.
Dulce Pastora hechicera
puro edén de santo amor,
admirable medianera
entre el hombre y el Señor.
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