La
ternura de la Navidad
«Todas
las fiestas de la Iglesia son hermosas… la Pascua, sí, es la glorificación…
pero la Navidad posee una ternura, una dulzura infantil que me atrapa todo el
corazón»
Lágrimas
de gratitud
«¡Qué
feliz me hace Jesús! ¡Qué suave es su espíritu! Pero yo me confundo y sólo
consigo rezar y repetir: “Jesús, pan mío”»
Los
vagidos de Jesús
«Sólo
se oyen los vagidos y el llanto del niño Dios y con este llanto y estos vagidos
ofrece a la justicia divina el primer rescate de nuestra reconciliación …»
El
más pequeño de nosotros
«Que
el Niño Jesús te colme de sus divinos carismas, te haga probar las alegrías de
los pastores y de los ángeles y te revista todo con el fuego de esa caridad por
la que se hizo el más pequeño de nosotros, y te convierta en un niño pequeño
lleno de amabilidad, sencillez y amor»
Dulcísimo
Jesús
«Que
el dulcísimo Niño Jesús os traiga todas las gracias, todas las bendiciones,
todas las sonrisas que plazca a su infinita bondad...»
Jesús
llama... movidos por su gracia corren
«Jesús
llama a los pobres y sencillos pastores por medio de los ángeles para
manifestarse a ellos. Llama a los sabios por medio de su misma ciencia. Y
todos, movidos por el influjo interior de su gracia, corren hacia él para
adorarle. Nos llama a todos con las inspiraciones divinas y se comunica a
nosotros con su gracia»
La
justificación de los pecadores
«Nuestra
justificación es un milagro extremadamente grande que la Sagrada Escritura
compara con la resurrección del Maestro divino. Sí, querida amiga, la
justificación de nuestra impiedad es tal que bien podemos decir que Dios mostró
su potencia más en nuestra conversión que en sacar de la nada el cielo y la
tierra, pues hay más contraposición entre el pecador y la gracia que entre la
nada y el ser. La nada está menos lejos de Dios que el pecador. Además, en la
creación se trata del orden natural; en la justificación del impío, en cambio,
se trata del orden sobrenatural y divino»
Jesús
es con mayor razón para los pecadores
«Jesús
es de todos, pero lo es con mayor razón para los pecadores. Nos lo dice él
mismo: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. “No son los
sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos”. “El Hijo del
hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido”. “Habrá más alegría en el
cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que
no tengan necesidad de conversión”»
...
lo hace para que seas más humilde
«Nuestro
Señor te ama tiernamente, hija mía. Y si no te hace sentir la dulzura de su
amor, lo hace para que seas más humilde y te sientas despreciable. No dejes por
ello de recurrir a su santa benignidad con toda confianza, especialmente en el
tiempo en el que nos lo representamos como cuando era un niño pequeño en Belén.
Porque, hija mía, ¿para qué toma esta dulce, amable condición de niño si no es
para provocarnos a amarlo confidentemente y a entregarnos amorosamente a él?»
Pidamos
que nos revista de humildad
«Pidamos
al Niño divino que nos revista de humildad, porque sólo con esta virtud podemos
gustar este misterio relleno de divinas ternuras»
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