JESÚS, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

Con motivo de la Fiesta litúrgica de Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, se ha celebrado la Santa Misa propia de la Fiesta en la parroquia de San Cipriano de Villanueva de Arosa.

La Santa Misa ha sido ofrecida por las necesidades materiales y espirituales de la Fraternidad de Cristo Sacerdote y Santa María Reina, por el eterno descanso de la Madre María Elvira de la Santa Cruz, Cofundadora de la Fraternidad, y de la Hermana María del Carmen de la Eucaristía, por el eterno descanso de todos los sacerdotes difuntos.

En la oración de los fieles se ha pedido muy especialmente por todos los sacerdotes ancianos, por los sacerdotes que viven en medio de todo tipo de dificultades, por los sacerdotes que están pasando pruebas en la fidelidad a su vocación, y por los sacerdotes enfermos, con un recuerdo muy especial de Don Antonio Sineiro Padín, párroco de Villanueva de Arosa que lleva dos meses hospitalizado.

¡Muchísimas gracias a esta querida comunidad parroquial por su acogida, su oración y su ánimo hacia la Fraternidad!

En la homilía de la Santa Misa el P. Manuel María de Jesús subrayó el ser sacerdotal de Nuestro Señor Jesucristo, en cuya Persona y misión está la razón de ser del sacerdocio católico, sacerdocio de la Nueva y Eterna Alianza.

Sólo desde la unión y la identificación con Cristo se puede comprender la razón de ser del sacerdocio católico, de la vida y del ministerio de todo sacerdote que por la Sagrada ordenación se transfoma en "alter Christus" -otro Jesucristo-, y por cuyo ministerio actúa infaliblemente el mismísimo Jesucristo.

Es tal la identificación del sacerdote con Jesucristo, que cuando actúa es el mismo Cristo Quien actúa a través de él. Esto deriva en una consecuencia tremenda para la vida del sacerdote y es que ya no puede tener ningún otro interés personal que no sea los intereses de Jesucristo: la glorificación de Dios y la salvación de las almas.

Todo ello ha de ser meditado y vivido en el contexto, en la visión y en la vivencia de la Iglesia como Pueblo sacerdotal. Por ello, la Fiesta de Jesucristo ,Sumo y Eterno Sacerdote, es una celebración y una llamada no sólo para los sacerdotes sino para todo el Pueblo sacerdotal de Dios que es la Iglesia. Una llamada, por lo tanto, también para los fieles, para que todos los miembros de la Iglesia vivan y se ofrezcan a sí mismos como "Hostia pura, santa y agradable a Dios" haciendo de su propia vida un sacrificio de adoración, de la alabanza, de acción de gracias y de reparación a Dios por los pecados propios y del mundo entero.