REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

miércoles, 12 de junio de 2024

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA REINA DE PALESTINA

 Oración compuesta por Monseñor Luigi Barlassina, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, con motivo de la consagración de la diócesis de Jerusalén a la Santísima Virgen que tuvo lugar el 15 de julio de 1920.

En 1933, la Sagrada Congregación  de Ritos aprobó el título de María Reina de Palestina. 


Oh María Inmaculada, Reina misericordiosa del Cielo y de la tierra, aquí estamos postrados ante Tu excelso trono,
llenos de confianza en Tu bondad y Tu poder ilimitado.
Te rogamos que dirijas una mirada compasiva a Palestina,
que más que cualquier otra región te pertenece,
ya que la has agraciado con tu nacimiento,
con tus virtudes, con tus dolores,
y desde ella has dado al mundo el Redentor.
Recuerda que precisamente aquí fuiste constituida como
nuestra tierna Madre y dispensadora de gracias;
Velad, por tanto, con especial protección por vuestra patria terrena,
disipad de ella las tinieblas del error,
ya que allí brilló el Sol de la Justicia eterna,
y asegurad que pronto se cumpla la promesa de labios de vuestro divino Hijo de formar un solo redil bajo un solo Pastor.
Consigue además que todos nosotros sirvamos al Señor en santidad y justicia todos los días de nuestra vida, para que por los méritos de Jesús y con tu maternal ayuda, podamos finalmente pasar de esta Jerusalén terrenal a los esplendores de la celestial.
Que así sea.

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