Virgen Santísima,
Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra,
honrada con el título de “Auxilio de los cristianos”
en el Santuario de Sheshan
mirando con devoto afecto
hacia toda la Iglesia que está en China,
nos presentamos ante ti hoy
para implorar tu protección.
Nuestra Señora de She -Shan
alienta el compromiso de quienes,
en China, en medio de las fatigas cotidianas,
siguen creyendo y esperando al amor.
Que nunca teman
hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.
En la estatua que corona el Santuario,
tú muestras a tu Hijo, en lo alto, al mundo
con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre
testigos creíbles de este amor,
aferrado a la roca de Pedro
sobre la que se construye la Iglesia.
Madre de China y de Asia,
ruega por nosotros ahora y siempre.
Amén.
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