REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

viernes, 12 de mayo de 2017

EL MENSAJE DE FÁTIMA


La Iglesia celebra con gozo el centenario de las apariciones de Fátima y acoge con devoción los mensajes que la Blanca Señora confió a los tres humildes pastorcitos para que fuesen transmitidos a la Iglesia y al mundo.
Con ocasión de la celebración del centenario el Papa Francisco acude estos días a Fátima como peregrino a los pies de Nuestra Señora y con tal motivo va a inscribir en el catálogo de los Santos a los pequeños Jacinta y Francisco Marto, a quienes Nuestra Señora se apareció en 1917.
El Mensaje de Fátima, en general, no es complicado. Sus pedidos son de oración, reparación, arrepentimiento y sacrificio, y abandono del pecado. Antes de que Nuestra Señora se apareciera a los tres niños: Lucía, Francisco y Jacinta, los visitó el Ángel de la Paz. El Ángel preparó a los tres niños para recibir a la Santísima Virgen María
El Ángel enseñó a los niños la manera ferviente, atenta y compuesta en que nosotros debemos rezar, y la reverencia debida a Dios en la oración. También les explicó la gran importancia de la oración y de hacer sacrificios en reparación por las ofensas cometidas contra Dios. El les dijo: “Haced de todo lo que podáis un sacrificio y ofrecedlo a Dios como un acto de reparación por los pecados por los que él es ofendido, y de súplica por la conversión de los pecadores.” En su tercera y última aparición a los niños, el Ángel les dio la Santa Comunión, y les mostró la manera propia de recibir a Nuestro Señor en la Eucaristía: los tres de rodillas para recibir la Comunión; a Lucía le dio la Sagrada Hostia en la lengua y luego hizo compartir a Francisco y a Jacinta la Sangre del Cáliz.
Nuestra Señora en cada una de sus apariciones insistió en la importancia de rezar el Rosario, pidiendo a los niños rezar todos los días el Rosario por la paz del mundo. Otra parte principal del Mensaje de Fátima es la devoción al Inmaculado Corazón de María, terriblemente ultrajado y ofendido por los pecados de la humanidad. Ella mostró a los niños Su Corazón, rodeado de espinas punzantes (que representan los pecados contra Su Inmaculado Corazón). Los tres pequeños comprendieron que los sacrificios ofrecidos con amor contribuyen a la reparación de las ofensas que agravian el Corazón Inmaculado de María.
Los niños vieron también que Dios está terriblemente ofendido por los pecados de la humanidad, y que desea que cada uno de nosotros y que toda la humanidad abandone el pecado y haga reparación por sus crímenes a través de la oración y el sacrificio. Nuestra Señora suplicó con tristeza: “¡No ofendan más a Dios Nuestro Señor, pues ya está muy ofendido!”
Nuestra Señora también dijo a los niños que rezaran y se sacrificaran por los pecadores, para salvarlos del infierno. Luego les mostró brevemente una visión del infierno, después de lo cual Nuestra Señora les dijo: “Habéis visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Si se hace lo que digo, muchas almas se salvarán y habrá paz.”.
Ella dijo que si la gente no dejaba de ofender a Dios, El castigaría al mundo severamente por medio de la guerra, el hambre y la persecución de la Iglesia, y la persecución del Santo Padre. Para evitar esos castigos, Nuestra Señora ofreció un remedio: Ella volvería a pedir la Consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón y la Comunión de Reparación de los Cinco Primeros Sábados. Si se atendían sus pedidos habría paz. Si no, Rusia esparciría sus errores por el mundo, causando guerras y persecuciones contra la Iglesia, el martirio de los buenos y la aniquilación de varias naciones. El Santo Padre sufriría mucho.
Nuestra Señora nos señaló la raíz específica de todas las desgracias del mundo, lo único que causa guerras mundiales y tan terribles sufrimientos: el pecado. Ella dio luego una solución, primero a los individuos, y luego a los líderes de la Iglesia. Dios pide a cada uno de nosotros dejar de ofenderlo. Debemos rezar, especialmente el Rosario. Por el rezo frecuente del Rosario, obtendremos las gracias que necesitamos para vencer el pecado. Dios quiere que tengamos devoción al Inmaculado Corazón de María y trabajemos para difundir esta devoción a través del mundo. Nuestra Señora dijo: “Mi Inmaculado Corazón será vuestro refugio y el camino que os llevará a Dios”.  Si nosotros queremos ir a Dios, debemos tomar el camino seguro hacia Él, por medio de la devoción verdadera al Inmaculado Corazón de Su Madre.
Cuando la Hermana Lucía preguntó a Nuestro Señor por qué no convertía a Rusia sin la solemne consagración pública, nombrando específicamente a esa nación, Jesús respondió:
Porque quiero que toda Mi Iglesia reconozca esa consagración como un triunfo del Inmaculado Corazón de María, para después extender su culto y poner, al lado de la devoción a Mi Sagrado Corazón, la devoción a este Corazón Inmaculado.
La devoción al Inmaculado Corazón de María es central en el Mensaje de Fátima. Dios determinó que la Consagración de Rusia y la Comunión de Reparación en los Primeros Sábados son los medios para implementar esta devoción a lo largo del mundo, y encomendó esta tarea al Papa y a los obispos, y a las almas individuales, para practicar y promover esta devoción.
Para estar aún más cerca de Ella, y por lo tanto de Su Hijo, Nuestra Señora señaló la importancia de rezar al menos cinco decenas del Rosario diariamente. Ella nos pidió usar el Escapulario del Carmen, como símbolo de nuestra consagración a Ella. Y debemos hacer sacrificios, especialmente el sacrificio de cumplir nuestros deberes diarios, en reparación por los pecados cometidos contra Nuestro Señor y Nuestra Señora. Ella señaló también la necesidad de las oraciones y sacrificios para salvar del infierno a los pobres pecadores. El Mensaje de Fátima a las almas individuales, está resumido en estas cosas.
El Papa Pablo VI dijo que los mensajes de Fátima son un recordatorio de las verdades principales del Evangelio que por olvidadas y abandonadas, la Virgen movida por su amor maternal viene a recordar a los hombres en pleno siglo XX.
Porque el Evangelio comienza con la llamada de Jesús a la conversión, y en la entraña del evangelio se encuentran las enseñanzas de Jesús:
- “Si no hicieseis penitencia todos pereceréis”
- “El mandamiento primero  y principal es este: amarás al Señor tu Dios con todas tus fuerzas, con toda tu mente y con todo tu corazón”
- “El que quiera venirse conmigo que cargue con su cruz cada día y me siga”.
Fátima nos devuelve, pues, al corazón del evangelio en cuyo centro se alza la cruz redentora de Jesús. Esa cruz que es escándalo para los judíos, necedad para los griegos, pero para los que aman a Dios es fuerza y sabiduría de Dios.
Nuestra Señora viene a recordarnos lo que ya dijera el Apóstol Pablo a los primeros cristianos: “mirad que hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo”.
Fuera de esa cruz no hay salvación posible. Sólo ella es el camino para el cielo.

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