REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

domingo, 29 de mayo de 2016

MADRE MARÍA ELVIRA, ALMA EUCARÍSTICA

"¡Cómo te he sentido esta tarde, Señor!
¡Cómo se notó tu presencia entre nosotros!
Allí estabas como cada tarde del lunes en la Custodia, pero hoy tu presencia yo la pude sentir tan clara que creí hasta oír los latidos de tu Corazón.
Perdona, Señor, mi atrevimiento ante estas palabras, pero es cierto. Nunca te había sentido tan cerca y tan en mí como aquél día en que tu infinita misericordia y mi nada se juntaron.
Fue maravilloso sentirte así tan cerca, pero como siempre todo gran gozo lleva consigo una pequeña tribulación, pues para llegar a la luz hay que pasar por la cruz.
Sufrimiento y gozo se juntaron en mí, y yo en mi interior lo ofrecía al Padre Eterno por las Vocaciones a la Fraternidad.
¡Cuánto anhelaba yo que para gloria tuya nos enviaras vocaciones a la vida sacerdotal y Consagrada!
Qué hermoso sería, Señor, que yo supiera ser Marta y María. Un Marta capaz de servirte en mis hermanos, siempre dispuesta y pronta a servir a los demás.
Y una María capaz de sentarme a tus pies y escuchar tus enseñanzas, entregándote por entero cuanto soy y cuanto tengo.
Hoy, Señor, al recibirte me he dado cuenta y he hallado algo de respuesta a la pregunta que días atrás te hacía: ¿Cuándo sabré ver las cosas claras y podré hablar contigo sin palabras?
Ya he empezado a verlas, y sin hablar comienzo a comprender lo que quieres de mí: verme despojada de todo lo terreno para solo confundirme en Ti."
Madre María Elvira de la Santa Cruz, M.F.

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