REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

jueves, 12 de diciembre de 2024

VENERABLE FULTON SHEEN

 

EL SECRETO DE FULTON SHEEN

Dijo a una edad tardía, respondiendo una pregunta:

"El secreto de mi poder es que en 55 años nunca he dejado de pasar una hora al día en Adoración en Presencia de Jesús Nuestro Señor Sacramentado. De ahí viene el poder. De ahí vienen los sermones. Es de ahí desde donde  todo buen pensamiento es concebido."

El compromiso de Sheen de mantener una Hora Santa de Adoración Eucarística comenzó el día de su ordenación el 20 de septiembre de 1919 y duró hasta el día de su muerte, el 9 de diciembre de 1979. Murió durante la Adoración Eucarística, ante Jesús en el Santísimo Sacramento. Era claramente un devoto de la práctica, no la consideraba como una devoción sino como "Una participación en la obra de la Redención". Durante muchas décadas exhortó a sus hermanos sacerdotes, religiosos y a todos los fieles a hacer una hora santa diaria.

Hace 45 años, el 20 de septiembre de 1979, celebró la Santa Misa por su 60 aniversario de sacerdocio y en la homilía pronunció estas palabras:

“No es que no amo la vida, pero ahora quiero ver al Señor. Pasé muchas horas delante de Él en el Santísimo Sacramento, le hablé en oración y de Él con quien quisiera escucharme. Ahora quiero verlo cara a cara”.

Dos meses después, el 9 de diciembre de 1979, el obispo Fulton Sheen murió mientras oraba ante el Santísimo Sacramento en su capilla privada de Nueva York.

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