REGNUM MARIAE

REGNUM MARIAE
COR JESU ADVENIAT REGNUM TUUM, ADVENIAT PER MARIAM! "La Inmaculada debe conquistar el mundo entero y cada individuo, así podrá llevar todo de nuevo a Dios. Es por esto que es tan importante reconocerla por quien Ella es y someternos por completo a Ella y a su reinado, el cual es todo bondad. Tenemos que ganar el universo y cada individuo ahora y en el futuro, hasta el fin de los tiempos, para la Inmaculada y a través de Ella para el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nuestro ideal debe ser: influenciar todo nuestro alrededor para ganar almas para la Inmaculada, para que Ella reine en todos los corazones que viven y los que vivirán en el futuro. Para esta misión debemos consagrarnos a la Inmaculada sin límites ni reservas." (San Maximiliano María Kolbe)

jueves, 12 de agosto de 2021

DIEZ COSAS QUE TE PIERDES POR ASISTIR A LA SANTA MISA TRADICIONAL

 

Diez cosas que te “perderás” por asistir a la Misa Tradicional en Latín.

  1. Monaguillas. Busca todo lo que quieras, no las encontrarás. Mientras que la justificación para esta innovación moderna viene del Derecho Canónico de 1983 y una clarificación de Roma en 1994, el Rito tradicional (utilizando los libros y normas litúrgicos de 1962) no las permite.
  2. Lectores laicos. Sólo el sacerdote (en una misa rezada), o el diácono y subdiácono (en misa solemne) puede leer la Epístola y el Evangelio, en tanto que esta función es, por supuesto, una función litúrgica. De hecho, previo a su eliminación por Paulo VI en 1972, las órdenes menores incluyeron aquella de lector para este fin particular.
  3. Ministros Extraordinarios de la Santa Comunión. O como erróneamente se les llama algunas veces, ministros Eucarísticos. En ninguna parte del Rito Romano tradicional encontrarás ejércitos de laicos (a menudo mujeres) asaltando el santuario en ropa secular para asistir en la distribución de la Santa Comunión. Cuando asistes a la Misa Tradicional recibirás a Nuestro Señor Eucaristía únicamente de las manos consagradas de un sacerdote.
  4. Comunión en la mano. En la Misa en latín los fieles reciben la Comunión, igual a como lo han hecho todos los católicos occidentales desde el primer milenio: de rodillas y en la boca. Esto es, por supuesto, un medio por el cual la Iglesia demuestra su reverencia por la Eucaristía y nuestra firme creencia en la Presencia Real. También es una manera de protegerse contra la profanación del Sacramento.
  5. La Misa ofrecida de frente al pueblo (versus populum). Esto no pasa en la Misa en latín. Muy parecido al piloto de un avión o al conductor de un automóvil, el sacerdote mira en la misma dirección que nosotros durante la misa, ad Orientem (hacia el Oriente). Recuerden: el Santo Sacrificio es un acto dirigido a Dios, y no un simple servicio o una conversación entre amigos.
  6. Música mala. La música de Oregon Catholic Press (O.C.P.), Marty Haugen y David Haas, aquellos himnos folklóricos banales de los años 70’s y 80´s, canciones de Plegarias y Alabanzas Protestantes… todos estos están fuera de la Misa Tradicional en Latín. En el rito antiguo tendrás que “acostumbrarte” incluso al sacro silencio de la misa rezada, o a los Propios cantados, canto gregoriano, o incluso (si tienes la bendición) a Palestrina, Mozart, y Bach en una Misa solemne.
  7. Permanecer de pie. Así como permanecerás quieto por momentos en la Misa, hay tres distintas ocasiones en las que te arrodillas, en vez de permanecer de pie, en la misa tradicional: durante el Credo (en la profesión de la Encarnación… “et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine et homo factus est…”), para recibir la Santa Comunión (como se dijo previamente), y para la bendición final al terminar la misa (seguida de Ite Missa est).
  8. Improvisación. En la Misa Tradicional no estarás sujeto a la personalidad del celebrante, intentos de hacer chistes, o preferencias personales. Las rúbricas del viejo Rito son precisas (algunas pueden parecer rígidas), y por una buena razón. El Rito exige obediencia y fidelidad. Nos ha sido dado, tanto al sacerdote como a los fieles, y más bien nos forma a nosotros en lugar de ser formada por nosotros.
  9. El Saludos de la Paz. En el viejo Rito no hay interrupción en la Misa para saludar o felicitar al vecino de la banca de atrás y a su familia. Nada en este momento robará tu atención lejos del altar. Estamos todos (juntos) avanzando en la liturgia, enfocados de manera singular en Nuestro Señor Eucaristía.
  10. Lo Vernáculo. Tal vez este debería ser obvio, pero requiere aún ser mencionado. El lenguaje litúrgico del Rito Romano habrá de escucharse de hecho en la Misa ofrecida en la forma tradicional del Rito, como ha sido el caso desde el siglo tercero. Por supuesto, la homilía (o sermón) se dará a los fieles en su idioma. Muchos católicos [incluso sacerdotes. N.d.T.] que no están familiarizados con el Rito Tradicional no saben de esto y lo asumen de otra manera.

 Tengo la esperanza de que más fieles busquen la Misa Tradicional en Latín más cercana a ellos y que simplemente vean  lo que se han estado perdiendo.

Fuente:  DominusEstBlog.wordpress.com

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