MADRE MARÍA ELVIRA DE LA SANTA CRUZ
COFUNDADORA DE LAS HERMANAS MISIONERAS DE LA FRATERNIDAD
X ANIVERSARIO DE SU MUERTE (19-III-2006)
Psalmus 129
De
profúndis clamávi ad te, Dómine :
Dómine, exáudi vocem meam :
Fiant aures tuæ intendéntes,
in vocem
deprecatiónis meæ.
Si
iniquitátes observáveris, Dómine :
Dómine,
quis sustinébit ?
Quia apud
te propitiátio est :
et propter
legem tuam sustínui te, Dómine.
Sustínuit
ánima mea in verbo eius :
sperávit
ánima mea in Dómino.
A custódia
matutína usque ad noctem :
speret
Israel in Dómino.
Quia apud
Dóminum misericórdia :
et copiósa
apud eum redémptio.
Et ipse
rédimet Israel,
ex ómnibus
iniquitátibus eius.
* Pater noster...
Réquiem
ætérnam dona eis, Dómine.
Et lux
perpétua lúceat eis.
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"El
justo, aunque muera prematuarmente, tendrá el descanso. Vejez venerable no son
los muchos días, ni se mide por el número de los años; que las canas del hombre
son la prudencia; la edad avanzada, una vida sin tacha. Agradó a Dios, y Dios
lo amó; vivía entre pecadores, y Dios se lo llevó; lo arrebató para que la
malicia no pervirtiera su conciencia, para que la perfidia no sedujera su alma.
La
fascinación del vicio oscurece lo bueno, el vértigo de la pasión pervierte una
mente sin malicia. Madurando en pocos años, llenó mucho tiempo. Como su alma
era agradable a Dios, lo sacó aprisa de en medio de la maldad. Lo vieron las
gentes, pero no lo entendieron, no reflexionaron sobre ello; la gracia y la
misericordia son para los elegidos del Señor, y la visitación para sus
santos" (Sab. 4, 7-15)
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