X ANIVERSARIO
M. María Elvira de la Santa Cruz M.F.
+ 19-III-2006
SANTO EJERCICIO DEL VÍA CRUCIS
Pensamientos y viviencias de la Madre María Elvira de la Santa Cruz M.F.
Por la señal de la Santa Cruz... Señor mío Jesucristo...
Oremos: Señor Jesucristo, colma nuestros corazones con la luz de tu Espíritu Santo, para que, siguiéndote en tu último camino, sepamos cuál es el precio de nuestra redención y seamos dignos de participar en los frutos de tu pasión, muerte y resurrección. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. (San Juan Pablo II)
PRIMERA ESTACIÓN:
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Hágase tu voluntad; en esto consiste toda mi dicha.
Señor, si es necesario más sufrimiento por el bien de las almas, envíamelo. Te diré como San Agustín: "dame lo que me pides y pídeme lo que quieras".
Sé, Señor, que el sufrimiento nunca es estéril a tus ojos.
¡María, ayúdame a llevar a cabo mi abandono total en las manos de Jesucristo!”
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
SEGUNDA ESTACIÓN:
JESÚS CARGA CON LA CRUZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Las palabras de Cristo misericordioso a través de mi confesor consuelan mi alma y me ayudan a abrazar la cruz, al igual que Cristo, como la prueba del amor más grande...
Para mí el unirme a la Cruz de Cristo es el mayor de los regalos que me ha hecho el Señor. Es una gran muestra de amor y de intimidad que el Señor me ha dado".
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
TERCERA ESTACIÓN:
JESÚS CAE EN TIERRA POR PRIMERA VEZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Yo no quiero ser causa de sufrimiento para el Amado, y me duele enormemente el alma, pensar que con mis desánimos le hago sufrir...
Siento que todavía me reservo algo y necesito vaciarme por entero para llenarme de Cristo.
¡Que todo sea por Ti, Señor, y por la salvación de las almas!
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
CUARTA ESTACIÓN:
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Madre, ayúdame a vivir a tu lado, firme junto a la cruz de tu Hijo. Llévate mis miedos y mis dudas. Enséñame a ser fuerte ante la tentación y a saber corresponder a tantas gracias recibidas...
En todo sufrimiento vencemos por Aquél que nos ha amado.
¡Madre mía, enséñame a orar desde el sufrimiento!"
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
QUINTA ESTACIÓN:
SIMÓN DE CIRENE AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Desde el primer momento en que me pedías que me abrazara a tu cruz sólo pude sentir, sin pensármelo más, una inmensa alegría porque Tú me estabas invitando a unirme a Ti...
Gracias, Señor, por haberme reservado un sitio junto a tu Cruz. Tan sólo quiero que esos sufrimientos que faltan para completar tu Pasión pueda yo sufrirlos en mi carne.
Yo tan sólo quiero cumplir y amar tu santa voluntad".
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
SEXTA ESTACIÓN:
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“No dejemos escapar esta oportunidad. La fe está decayendo en las almas y hacen falta amigos fuertes de Jesús, que les ayuden a llevar y amar la cruz de cada día. Amigos de Cristo que trabajen sin descanso por y con la Santa Madre Iglesia”
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
SÉPTIMA ESTACIÓN:
JESÚS CAE EN TIERRA POR SEGUNDA VEZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Sólo pido al Señor que me de paciencia y fortaleza para llevar el peso de esta cruz. Que nunca falte por mi parte la caridad para con esta persona, y que todas las humillaciones que he recibido hoy me ayuden a ser un alma humilde y mortificada. La humildad se aprende a base de humillaciones.
¡Gracias, Señor!”
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
OCTAVA ESTACIÓN:
JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Le vienen las lágrimas a los ojos a esta pobre alma, pero lágrimas de alegría, al saber que todo un Dios le pide que se una cada día más al madero de su cruz, hasta sentirse verdaderamente crucificada con Él...
Cuánto aprende uno, Señor, cuando despojada de todo lo terreno y sentada a los pies de tu Sagrario, abierta el alma para escuchar tu voz, Tú vienes y me llenas de Ti, de tus consuelos, de tus caricias.
¡Qué bien se está junto a tu Cruz!"
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
NOVENA ESTACIÓN:
JESÚS CAE EN TIERRA POR TERCERA VEZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“En medio de los mayores padecimientos, Jesús da el consuelo necesario para seguir adelante.
La cruz de Cristo me ha acompañado desde que nací, pero es Él quien me hace amar esta cruz...
¡Bendita cruz que ha cambiado mi vida, que me ha unido a Ti!
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
DÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Qué fácil es, Señor, decir te quiero, pero qué duro el quererte de verdad, el renunciar a tantas cosas por tu amor. Eso es lo que yo quiero, pero cuánto le cuesta a esta pobre alma desprenderse de verdad de todo cuánto le estorba para amarte...
Ahora entiendo, Señor, lo que es renunciar a las propias apetencias y ponerlas con amor ante el altar de Dios; ofrecer el dolor que uno lleva dentro y transformarlo en obras de amor para con los demás".
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
ÚNDÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“La única manera de colaborar con Cristo es extendiendo nuestros brazos en la cruz, en la cruz de cada día.
Ofrecerse con Cristo es encontrar la paz del alma. Ofrecerse con Cristo es haber encontrado el tesoro escondido desde los siglos; es haber encontrado el amor...
He terminado de ver claro lo que de verdad querías de mí: abandono total en tus manos, despojada de todo y de todos".
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
DUODÉCIMA ESTACIÓN:
JESÚS MUERE EN LA CRUZ
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Enséñame, Señor, a morir contigo para resucitar a una vida nueva. Que sepa renunciar a todos mis pensamientos y sólo querer los tuyos, a todos mis planes, afectos, ilusiones, y sólo querer todo lo tuyo...
Sufrir y gozar:¡eso es amar!
Cuánto duele el sufrir; pero qué hermoso hacerlo por Ti, ¡oh, Señor!"
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
DECIMOTERCERA ESTACIÓN:
JESÚS ES PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
¡Cuánto he aprendido y aprendo cada vez que os contemplo, Madre!
Sois la gran enseñanza del amor, la escuela en la que se nos enseña a dar la vida por los demás, por medio del sufrimiento silencioso y ofrecido a Dios...
Señor, que al contemplarte en tu Pasión, aprenda a amar el dolor y junto con tu Madre y mi Madre, María, permanezca siempre calladamente a los pies de tu Cruz".
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
DECIMOCUARTA ESTACIÓN:
JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO
V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
[V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.]
“Ser uno con Cristo, ser toda para Él; entrar hasta el fondo del alma y llenarme tan sólo de Él.
Yo sólo quiero, Señor, habitar en tu morada todos los días de mi vida, con toda el alma...
Tengo una batalla interior que librar mientras de verdad, dentro y fuera de mí, no grite: ¡Sólo Dios basta!"
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.
Oremos:
Señor Jesucristo, tú nos has concedido acompañarte, con María tu Madre, en los misterios de tu pasión, muerte y sepultura, para que te acompañemos también en tu resurrección; concédenos caminar contigo por los nuevos caminos del amor y de la paz que nos has enseñado. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén
Padrenuestro, Avemaría y Gloria por la intenciones del Romano Pontífice.