Jesús, no tienes manos.
Tienes sólo nuestras manos
para construir un mundo donde reine la justicia.
Jesús, no tienes pies.
Tienes sólo nuestros pies
para poner en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios.
Tienes sólo nuestros labios
para anunciar al mundo la Buena Noticia de los pobres.
Jesús, no tienes medios.
Tienes sólo nuestra acción
para lograr que todos seamos hermanos.
Jesús, nosotros somos tu Evangelio,
el único Evangelio que la gente puede leer,
si nuestras vidas son obras y palabras eficaces.
Señor, enséñanos a no contentarnos
con amar a los nuestros, a los que amamos.
Señor, enséñanos a pensar en los otros,
a amar primero a los que no son amados.
Señor, danos la gracia de comprender
que en cada momento de nuestra vida
hay millones de seres humanos
que son hijos tuyos,
que son mis hermanos,
y que mueren de hambre,
y que mueren de frío.
Señor, ten piedad
de todos los pobres del mundo.
Señor, no permitas que sigamos
siendo felices nosotros solos.
Danos la angustia de la miseria universal
y líbranos de nosotros mismos.
Jesús, danos tu amor y tu fuerza
para proseguir tu causa
y anunciar la buena noticia a los pobres.
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