Oveja
perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.
Por descubrirte mejor
cuando balabas perdida,
dejé en un árbol la vida
donde me subió el amor;
si prenda quieres mayor,
mis obras hoy te la dan.
Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
o al traerte yo al hombro
o el traerme tú en el pecho?
Prenda son de amor estrecho
que aun los más ciegos las ven.
Luis de Góngora
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